Garganta Profunda
Por Arturo Luna Silva / @ALunaSilva
Como nunca antes, la comunidad de poblanos que vive en Estados Unidos, la mayoría concentrada en la zona triestatal de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, vive un intenso nerviosismo a unas horas de que se defina la presidencia estadunidense entre Hillary Clinton y Donald Trump.
La postura diametralmente opuesta en el tema migratorio, entre la demócrata y el republicano, ha generado altas expectativas a favor de la primera en toda la comunidad latina.
Sin embargo, nuestros paisanos se están equivocando, pues los demócratas tienen un discurso más suave pero la mano más dura respecto de los indocumentados.
Una cosa son las palabras y otra las realidades.
Así lo demuestra la frialdad de los números y las más de 2.5 millones de deportaciones que ha realizado el demócrata Barack Obama.
No habría por qué suponer que, de ganar, Hillary Clinton sería diferente.
En este clima hay especialmente un suceso muy reciente que metió mucho más ruido a los oriundos de Puebla.
En una inusual redada en el estado de Nueva York, agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) –la Migra, para acabar pronto– detuvieron en el área de restaurantes de Buffalo a ocho poblanos.
Los paisanos fueron capturados con otros cinco indocumentados y el propietario de los establecimientos Don Tequila, El Agave y La Divina, Sergio Ramsés Mucino.
El hecho es extraordinario en el sentido más negativo, porque este tipo de operativos no se llevaban a cabo en la zona triestatal.
Especialmente en el estado de Nueva York se destacaba como una suerte de santuario de migrantes poblanos.
Así es también, por ejemplo, la ciudad de Yonkers, en donde hay 35 mil poblanos, muchos de ellos afincados hace décadas y con ciudadanía, quienes dan cobijo a pisanos indocumentados.
En Yonkers incluso hay una Cámara México-Americana de Comercio, que preside Alfonso Álvarez, quien es oriundo de Ilamacingo, en la Mixteca.
En toda la Unión Americana, de acuerdo con los cálculos más certeros, hay 2.5 millones de poblanos; 1.2 millones sólo en la zona triestatal.
De ellos, menos de un tercio –cifra nada despreciable– estaría en posibilidad de votar y ser parte de esa fuerza del sufragio latino, que representa alrededor de 17% del total de EU.
Y a pesar de las expectativas, el nerviosismo y lo que este hecho pudo contaminar el ánimo de los paisanos, hay que reflexionar.
Aunque parecen antagónicas las visiones en el tema migratorio entre Clinton y Trump, en realidad son más discursivas que efectivas.
Los demócratas, como los republicanos, tampoco han sido los paladines de los migrantes indocumentados, como se pudiera pensar.
El actual presidente, Barack Obama, es quien más deportaciones ha realizado en las últimas décadas.
En este rubro le gana a Reagan, Bush padre, Bill Clinton y Bush hijo.
Sus números llegan a las dos millones 571 mil 860 deportaciones, entre 2009 y 2015.
De modo que, a la par de la expectativa y el nerviosismo de este martes, las esperanzas depositadas en Hillary Clinton pudieran ser de humo.
Más por simpatía que por análisis, los poblanos en EU han puesto todo a favor de Clinton.
Sin embargo, son los discursos, no las verdades, lo que los mueve.
Si bien Trump es un bocón, puede que no sean tan diferentes uno y otra.
Lo estaremos viendo en los años por venir.
Ojalá el gobierno del estado tenga un plan de emergencia para los miles y miles de paisanos que serán repatriados gane Clinton o gane Trump, un escenario apocalíptico pero no muy diferente al de una crisis humanitaria que habrá que atender sí o sí con toda la seriedad del caso.