Las Serpientes

Por Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo

Un nuevo peligro real se cierne sobre México y este tiene que ver con la intención de varios rectores de nuestro país de salir a las calles a reclamar que el gobierno federal ponga a fin a los recortes presupuestales a la educación.

Movilizar a miles de jóvenes no es un asunto menor. Desde los años 70 en México no se dan concentraciones masivas de universitarios en nuestro país; prácticamente, las últimas se dieron durante el mandato de Luis Echeverría Álvarez y fueron sofocadas a “sangre y fuego”.

Que los estudiantes vuelvan a las calles, insisto, no es un asunto menor, sobre todo porque México quedó marcado por el 2 de octubre de 1968 y “la noche negra de Tlatelolco”, un hecho por demás oscuro y vergonzoso en la historia de nuestro país.

Los rectores de varias universidades públicas del país están preocupados por los fuertes recortes presupuestales que sean dado al rubro educativo para el año que viene, los cuales comprometen la vida de varias instituciones de educación superior.

Llama la atención que incluso el propio rector de la máxima casa de estudios en nuestro estado, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Alfonso Esparza Ortiz, se una a este movimiento de instituciones públicas molestas por los recortes.

La causa por demás se entiende, pero movilizar a los jóvenes a las calles conlleva un grave peligro en el momento que vive nuestro país, presa de la violencia y la inseguridad, provocada por la lucha del Ejército contra el narcotráfico.

Al clima de descomposición social que se vive, ahora se le puede sumar el hecho real de que algunas de las universidades públicas del país estén dispuestas a que sus alumnos salgan a las calles para solicitar se ponga fin a los recortes presupuestales.

Un muy difícil 2017 se vislumbra para México en todos los rubros y es que para las universidades públicas se contemplan recortes presupuestales por más de 37 mil millones de pesos, cifra nunca antes vista en la historia de nuestro país.

Con la reducción del presupuesto aprobado por los legisladores, se verán afectadas las relaciones laborales con los sindicatos y el cumplimiento en materia de becas, con lo que se afectará la operación de las propias universidades.

Recientemente, en un desplegado de prensa, rectores de las diferentes universidades manifestaron su rechazo al recorte de más de 37 mil millones de pesos destinados a la educación pública superior, solicitando la intervención del presidente Enrique Peña Nieto para realizar una redistribución del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio 2017.

Los directivos universitarios también criticaron que los recursos asignados al desarrollo de ciencia y tecnología no cumplen con el compromiso pactado de una inversión mínima del 1% del PIB.

De acuerdo con los rectores de las principales instituciones de educación superior, la reducción del gasto destinado a ese rubro, propuesto por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), afectará estructuras esenciales en las universidades, como el Fondo de Apoyo para el Saneamiento Financiero y Atención a Problemas Estructurales de las Universidades Públicas Estatales (Fasfapeupe).

Según los rectores, con la reducción al presupuesto universitario se pone en riesgo el cumplimiento de los acuerdos contenidos en el Fasfapeupe, que son resultado de la negociación entre autoridades y sindicatos universitarios, por lo que se tambalearían muchos de los acuerdos alcanzados por uno de los principales sistemas que generan ahorros de más de 593 mil 300 millones de pesos a las UPES.

“La eliminación de este fondo generaría presiones para mantener y continuar las reformas, se alterarían las relaciones laborales y se afectaría gravemente la operación de las UPES, ya que dicho monto tendría que ser cubierto con el gasto operativo”, subrayaron.

Incluso, los rectores de 10 de las principales universidades públicas del país publicaron y firmaron un documento en donde se establece que los recortes ponen en riesgo a miles de estudiantes, quienes se quedarán sin los apoyos mínimos para continuar sus estudios.

De no considerarse, “se ampliarán las brechas entre las universidades federales y estatales”, puntualizaron.

“En la compleja situación que vive el país la educación aparece como un signo de esperanza y por ello la universidad pública debe constituirse como un espacio fundamental del sistema social” argumentaron los académicos.

Finalmente, demandaron un financiamiento “suficiente, oportuno y a largo plazo” para cumplir con los propósitos “indispensables” de las instituciones de educación superior del país.

Quienes firmaron el desplegado fueron los rectores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México; la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca; la Universidad Autónoma de Baja California; la Universidad Autónoma de Nayarit; la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; la Universidad Autónoma de Querétaro; la Universidad de Sonora; la Universidad Autónoma de Tamaulipas; la Universidad Autónoma de Tlaxcala, y la Universidad Autónoma de Zacatecas.

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