Las Serpientes

Por: Ricardo Morales

 

El 2018 sin duda será el año del empoderamiento real de la mujer, la cual tendrá de manera forzosa una importante participación en la vida política en todos los niveles de nuestro país.

Independientemente de lo que ocurra el próximo 8 de noviembre en los Estados Unidos, cuando todo hace suponer que Hillary Clinton se convertirá en la primera mujer en gobernar al país más grande del mundo, las mujeres también serán parte importante de la política en México.

No sólo es el hecho de que Margarita Zavala puntee actualmente en las preferencias electorales de nuestro país; además de la exprimera dama, actualmente, miles de mujeres se aprestan a participar en la elección del 2018, en la que por primera ocasión el 50 por ciento de las candidaturas les corresponderán a las féminas.

El gran tema de debate, aunque muchas no lo quieran entender, es de dónde van a sacar los partidos políticos a tantas mujeres para poder abanderar estas candidaturas.

En el caso de Puebla, de los miles de puestos de elección popular que estarán en juego la mitad deberán de ser abanderados por mujeres.

Ni el mismo PAN, ni el PRI, desde mi punto de vista, están preparados para hacer frente a la postulación de tantos cuadros femeninos, y por una simple razón: porque nunca prepararon gente para hacer frente a esta eventualidad.

Recientemente, por ley se aprobó que un porcentaje de las prerrogativas de los partidos políticos se destinara a la capacitación y preparación de las mujeres, pero esta medida es prácticamente nueva y aún no ha dado los suficientes frutos.

Muchas mujeres se enojan cuando leen o escuchan esto, pero no es por un tema de “machismo”, misoginia o de menospreciar al sexo femenino, ni mucho menos; mi principal argumento ya lo presenté: no hay suficientes mujeres preparadas para ir a la representación popular.

La medida es una más de las ocurrencias que solemos tener los mexicanos, sobre todo en materia electoral, en donde los desatinos abundan.

Más allá de las mal llamadas “cuotas de género”, yo creo que lo que se debe de premiar es la capacidad y el trabajo político de hombres y mujeres, en vez de fijar un cierto número de participantes. Si hubiera 26 mujeres capaces de ser candidatas a diputadas locales y que pudieran ocupar todas las planillas, da lo mismo, en vez de fijar una cuota para las féminas.

El tema, sin duda, va a dar mucho de qué hablar y vamos a ver cómo los partidos políticos van a batallar para poder encontrar al número necesario de mujeres para poder participar de manera seria y con posibilidades reales de ganar.

Y es que el chiste no es postular por postular. El verdadero objetivo, desde mi punto de vista, es que quienes vayan a competir tengan posibilidades reales de ganar, y muy pocas mujeres las tienen.

En fin, ya se verá si es que los partidos políticos pueden cumplir con este nueva ocurrencia impuesta por el INE y el presidente Peña, así como también los resultados que arroja. Reitero, no es misoginia; es simplemente el ver una realidad, que ya desde ahorita ha puesto a sufrir a las principales fuerzas políticas y con una puntada más.

Las mujeres deberán de ser postuladas en puestos de elección popular en donde tengan posibilidades reales de competir. Ni hablar…me doy.

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