El proceso enseñanza-aprendizaje debe transformarse para tener un efecto en los estudiantes
Plumas Ibero
Por Marisol Aguilar Mier
Hoy en día las instituciones educativas no están logrando responder a los nuevos retos con la rapidez que se requiere y, en muchos casos, tampoco han tenido la voluntad de replantearse a sí mismas y anticiparse a los cambios para actuar frente a ellos.
La mayoría siguen empeñadas en repetir las mismas prácticas. No obstante, comienzan a brotar esfuerzos innovadores que están convirtiéndose en casos de éxito dejando un mensaje claro y contundente: la educación debe transformarse porque el alumno de hoy es distinto, tiene otras necesidades y requiere otro tipo de formación para afrontar el mundo actual caracterizado por su enorme complejidad.
Uno de ellos es la llamada Khan Academy ¿Qué es lo que la hace diferente? Empecemos por el principio. Salman Khan se dedicaba a crear instrumentos financieros de inversión en Wohl Capital Management. Con estudios en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y Harvard en Matemáticas, Ingeniería Electrónica y Ciencias de la Comunicación tenía una carrera exitosa. Pero su vida dio un giro insospechado cuando una de sus primas –llamada Nadia– a la edad de 12 años le pidió ayuda pues tenía dificultades con las matemáticas en su escuela.
Como en ese entonces Khan vivía en Boston y ella en Nueva Orleans, iniciaron las asesorías de manera telefónica. Él quiso apoyarla pues sabía que era una niña inteligente, talentosa y creativa que estaba perdiendo toda la confianza en sí misma al no lograr comprender la conversión de unidades, lo que le estaba ocasionado un rezago escolar y un amargo sentimiento de fracaso.
Como era de esperar, al poco tiempo y gracias a este apoyo, Nadia logró superar sus obstáculos y comenzó a recomendar las asesorías de Khan a otros familiares y amigos. Pronto empezó a contar con un grupo más numeroso y como el teléfono ya no resultaba práctico, un buen día vino la idea de hacer videos y subirlos a YouTube para que sus alumnos pudieran descargarlos al momento que sus tiempos se los permitieran y cada uno fuera avanzando a su propio ritmo. Y esto fue el inicio.
Salman Khan abandonó su trabajo y la estabilidad económica que éste le representaba para seguir un sueño: proporcionar educación gratuita de clase mundial para cualquier persona en cualquier lugar, pues, como él mismo lo explicó “estaba atrapado en una vocación que vi como algo mucho más valioso”.
Hoy, esta organización sin fines de lucro cuenta con el apoyo de Bill Gates (quien afirma que utiliza la plataforma para apoyar a su hijo en álgebra) y la Fundación Carlos Slim, lo que se traduce en millones de alumnos a lo largo y ancho del mundo, un conjunto de cursos diversos que incluyen matemáticas, ciencias, programación, historia, arte y economía, entre otras y que se ha traducido a 36 idiomas.
¿A qué se debe su éxito? Revisemos algunas de sus premisas:
- Cada persona es única y, por ello, aprende de manera diferente. Sin embargo, la estructura rígida de la escuela no permite respetar este principio y tiende a castigar el error. En cambio, cuando se permite que la persona avance a su propio ritmo, ésta se vuelve protagonista de su proceso de aprendizaje y al tener la oportunidad de revisar las lecciones cuantas veces lo desee, va consolidando sus conocimientos. El mismo Khan lo explica así: “Súbete a la bici y cáete. Hazlo por el tiempo que sea necesario hasta dominarla”.
- Se basa en el llamado “aprendizaje invertido” (flipped classroom) en el cual, la exposición de contenidos se realiza por medio de materiales multimedia que pueden ser consultados en línea de manera libre, mientras que el tiempo de aula se dedica a la discusión, resolución de problemas y actividades prácticas bajo la supervisión y asesoría del profesor.
- Ofrece ejercicios de práctica, videos instructivos y un panel de aprendizaje personalizado y cuenta con un equipo de 80 personas: desarrolladores, maestros, diseñadores, estrategas, científicos y especialistas en contenido y ha establecido vínculos con instituciones como la NASA, el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, la Academia de Ciencias de California y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) para ofrecer contenido especializado, actual y pertinente.
- Cuenta con una plataforma en la que adicionalmente se proporcionan herramientas gratuitas para padres y profesores con el fin de “formar” tutores que entiendan mejor qué necesitan sus niños o alumnos, y cómo pueden ayudarlos.
- La plataforma es lo suficientemente flexible para que se use como apoyo y complemento al trabajo en aula (en la modalidad de aprendizaje invertido), pero también permite que cualquier persona acceda y trabaje por su cuenta.
Esto ha representado una oportunidad educativa real para muchos que por alguna razón han tenido que abandonar los estudios. Tan es así que Khan Academy tiene entre sus alumnos a refugiados, migrantes indocumentados, adultos mayores y un largo etcétera.
Algunos podrían opinar que no hay nada nuevo en la idea de hacer tutoriales. De hecho, los videos de Khan Academy son sencillos, pero la forma en la que él ha sabido conjugar las diversas variables que intervienen en el aprendizaje ha tenido como resultado un éxito rotundo traducido en miles de personas satisfechas por haber aprendido algo que consideraban superior a sus capacidades.
A manera de conclusión, podríamos decir que lo más valioso de este esfuerzo es considerar que la educación es un bien público que debe estar al alcance de todos. Y aunque esta idea resulta anacrónica en el neoliberalismo que busca hacer de todo un negocio, él nos ha demostrado que existen otros caminos pues afirma: “sentí que todo esto era demasiado importante como para que sólo fuera una empresa”.