Castillo Montemayor y la victimización

Tras la detención del marinista Francisco Castillo Montemayor no dude que éste será “vendido” como una víctima más del morenovallismo. Y para ello lo ayudará un sector de la izquierda ligada a Andrés Manuel López Obrador, quienes comparten complicidades con él desde el sexenio de Mario Marín Torres. Dicho sector está ávido de inventar a un nuevo mártir que les permita seguir con el golpeteo, luego de que sus otros “héroes” han sido liberados –irónicamente– tras una negociación con las autoridades estatales. Asi que preparese para la nueva ola de ataques de las focas aplaudidoras del marinismo. ¿Será?

 

El chico vapuleado

Ricardo Anaya Cortés debe ser muy cabeza hueca o muy soberbio para no entender que su empecinamiento de montarse en la estructura del PAN para fortalecer sus aspiraciones presidenciales le produjo un efecto contrario a sus intereses. La encuesta levantada por el Gabinete de Comunicación Estratégica confirmó que 6 de cada 10 personas encuestadas reprueban las andanzas del queretano. Así pues, en sólo unos meses el presidente nacional del blaquiazul pasó de ser el chico maravilla al chico vapuleado. ¿Será?

 

Bonos al alza

Ayer le platicábamos en este espacio que uno de los principales beneficiarios de la México Cumbre de Negocios, que reunió en Puebla a directivos de los más importantes consorcios del mundo, fue el gobernador Rafael Moreno Valle. En esta edición usted puede leer de primera mano algunas de las deferencias y francos espaldarazos al mandatario estatal de secretarios de Estado, líderes empresariales, incluso del presidente de Panamá, lo cual ocurre en un momento en que al interior del PAN tanto Margarita Zavala como Ricardo Anaya atraviesan por crudos momentos. ¿Será?

 

Pecados magisteriales

Emilio Salgado Néstor anda preocupado. Las cuentas no le salen. Por más que quiere imponer sucesor sabe que no puede. Sus enanos nunca crecieron. Por eso está desesperado en armar una estrategia que lo ayude a posicionarse como un conciliador. De ahí la farsa de reunir a los ex secretarios generales de la Sección 23 del SNTE como una muestra de unidad rumbo al pleno seccional para renovar al Comité Ejecutivo Seccional. El problema es que los ex dirigentes no votan ni están interesados en el proceso, o francamente se convirtieron en testigos de papel, solos, sin fuerza real. Salgado Néstor lo sabe pero no quiere que se sepa. ¿Será?

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