Bitácora
Por: Pascal Beltrán del Río / @beltrandelrio
Dos mil dieciséis apenas nos ha dado respiro. De enero a la fecha se han sucedido acontecimientos que sin duda lo harán un año que quedará en la memoria colectiva y cuya sola mención nos hará recordar de inmediato esos hechos. Un año con personalidad propia. Como 1989 y 2001, por mencionar un par.
Sus consecuencias comenzarán a sentirse en 2017. Cuando uno, en estos días, desea a los demás que tengan un feliz año nuevo, el anhelo lleva una carga involuntaria de duda. La incertidumbre es la marca del futuro inmediato.
Enero siempre ha tenido su cuesta, pero la de este año es de pronóstico reservado.
El año comenzará con un incremento en la gasolina, producto de la liberalización de precios de los combustibles y de que el valor del barril de petróleo poco a poco ha salido de la barranca en la que se metió a mediados
de 2014.
Pocos días después tomará posesión Donald Trump. Su estilo impetuoso impide predecir si su gobierno será dominado por la radicalidad que mostró en campaña o por el pragmatismo que lo ha caracterizado como empresario.
Lo cierto es que la elección de Trump ha marcado un antes y un después en los sistemas democráticos. En diversas partes del mundo, los votantes enojados con los partidos tradicionales ya habían comenzado a marcar la pauta, pero el triunfo del magnate ha mostrado qué tan lejos
pueden llegar.
Este año se renovará el Ejecutivo en dos países europeos que forman parte del G7, el grupo de las naciones más poderosas del mundo, y probablemente en tres. Francia tendrá elecciones presidenciales en la primavera y Alemania votará por un nuevo Bundestag a finales del verano. Italia también podría ir a las urnas, luego de la renuncia de su primer ministro hace unos días, tras perder un referéndum.
En los tres casos, estará en juego el dominio de los partidos tradicionales frente al embate de las fuerzas populistas. Los primeros no parecen estar en peligro en Francia y Alemania —no tanto en Italia—, pero, después del Brexit y de Trump, ¿quién se atreve a hacer pronósticos electorales?
En México habrá elecciones clave también. La sobrevivencia del PRI está ligada con el resultado de los comicios para gobernador en el Estado de México, mientras que en Coahuila podría darse la primera alternancia en el Ejecutivo estatal desde 1929.
Esas votaciones marcarán el camino de la sucesión presidencial de 2018, que dará de qué hablar a lo largo de 2017 con las decisiones que tomen y hasta con las declaraciones que hagan los diferentes aspirantes a ocupar Los Pinos.
El año que entra será también el del centenario de la Constitución, lo que avivará el debate sobre la vigencia de la Carta Magna, parchada más de 600 veces a lo largo de este siglo. Y también el centenario de este periódico, que, luego de su rescate en 2006, ha vuelto a ponerse a la vanguardia del periodismo.
En febrero arrancará el primer periodo ordinario de sesiones del año en el Congreso de la Unión.
Tema fundamental del debate parlamentario será la ley de seguridad interior que han pedido las Fuerzas Armadas para solicitar que precisen la duración de su presencia y las funciones específicas a realizar en el combate contra la inseguridad.
Ya es tiempo de dar ese paso. La presencia de soldados y marinos en esa tarea ha sido producto de la ausencia de policías competentes. Y aunque los militares no han pedido estar en esa lucha, no han faltado quienes les carguen la responsabilidad de las decenas de miles de muertes que se han producido en la última década como resultado de la acción del crimen organizado.
Como se ve, 2017 será un año de retos. A éstos hay que enfrentarlos, más que con optimismo y parabienes, con la convicción de que sólo el trabajo constante y enfocado, y la conciencia de que navegamos todos juntos en el mismo barco, sacan adelante a individuos, familias y naciones.
En ese sentido, estimado lector, le deseo lo mejor para 2017. Aquí estaré de vuelta en unos días.