Esfera Pública

Por Elías Aguilar / @Elyas_Aguilar

Los niveles de desaprobación de Enrique Peña Nieto parecen crecer sin remedio, hasta con el mayor esfuerzo de su equipo de comunicación. En la actualidad, la aprobación no rebasa el 25% y los niveles de desaprobación son cercanos al 70%. El amplio rechazo en todos los segmentos de la población afecta tanto la percepción que se tiene de su gobierno como las preferencias electorales a favor del PRI, con el riesgo no sólo de perder la Presidencia de la República en 2018, sino de quedar en un lejano tercer lugar.

Con una revisión sencilla de dos productos que los ciudadanos vemos del presidente Peña Nieto –los mensajes publicitarios de su gobierno y las noticias televisivas de los actos del propio Presidente–, podemos advertir que esta comunicación, que además cuesta millones de pesos del erario, muy poco puede hacer para cambiar la amplia desaprobación del jefe del Ejecutivo.

La comunicación del gobierno federal parece basarse en campañas publicitarias con slogans ingeniosos pero poco creíbles. “Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho” y  sus variantes como “Lo bueno cuenta y cuenta mucho” aparentemente no encuentran eco en la percepción que la ciudadanía tiene de la gestión del Presidente. Eso indica la baja aprobación.

En cuanto a las noticias que vemos en los informativos televisivos nacionales, colocan a Enrique Peña Nieto como actor central, con una alta calidad de producción, tomas en contrapicado, close up, o plano picado que resaltan la imagen del Presidente, mostrándolo en una situación de superioridad respecto de las otras personas o grupos que aparecen en las escenas, o arropado con la gente que lo quiere ver y tocar; con un discurso triunfalista, en el sentido de que los problemas sociales se están resolviendo. De nueva cuenta, estas notas que exaltan la capacidad del Presidente son contrarias a la amplia desaprobación que dan los mexicanos a su desempeño.

La política de comunicación que se puede inferir de los mensajes oficiales y las noticias por televisión está basada en una cultura priista ya desfasada con dos características: culto a la personalidad del presidente en turno y presentación de este personaje como un héroe que por decreto puede abatir cualquier problema nacional. Esta versión de la realidad que se quiere imponer es una franca oposición a la que la mayoría de los mexicanos vive de manera cotidiana: violencia cada vez más cercana, corrupción en todos los niveles de gobierno, empleos con salarios que no alcanzan para una vida digna, malos servicios públicos, por comentar algunos aspectos.

Este tipo de mensajes nada abona a una percepción positiva de Peña Nieto y su gobierno. Peor aún: fomentan la falta de credibilidad del Presidente. Acabo de verificarlo yo mismo. En sesiones de grupo realizadas entre electores en diferentes ciudades, éstos muestran desinterés y abierto rechazo a noticias y mensajes relacionados con Peña Nieto, ya sea por indignación –tras haber invitado a Trump a México, que los votantes perciben como una traición, el más reciente hecho noticioso que recuerda la mayoría–; o por algún otro evento que muestra al Presidente como una persona que no está preparada para el cargo, que representa “una situación vergonzosa para el país”, según califican los participantes.

Ciudadanos entre 25 y 35 años, profesionistas con empleo, aseguran que tienen interés en información del Presidente sólo cuando se trata de memes, videos o audios en los que hace burla de él. Pifias en discursos, errores de protocolo, mala pronunciación en inglés y contradicciones entre dichos y hechos son los mensajes que estos votantes consumen, comparten y comentan en redes sociales. Estos productos que convierten al Presidente en objeto de burlas degradan más la imagen de Peña Nieto y las fotos y los videos les sirve a los votantes de “evidencia” para argumentar su rechazo creciente.

Mucho ayudaría a la imagen del Presidente y del gobierno federal que la propia Presidencia cambiara el foco de la comunicación del gobierno. Ante el histórico nivel de descrédito que presenta Peña Nieto, ponerlo como eje central de su comunicación no va a hacer otra cosa que incrementar el rechazo de los votantes.

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