Las Serpientes

Por Ricardo Morales Sánchez 

El fin de semana pasado, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación falló a favor del gobernador de Puebla, en su lucha en contra del Instituto Nacional Electoral (INE), el cual se extralimitó en sus facultades al prohibirle al gobernador del estado hablar de los logros de su administración en entrevistas telefónicas.

En los hechos se trató de un triunfo moral del gobernador de Puebla en contra de los consejeros de INE, quienes quisieron atribuirse facultades de “santa inquisición” y terminaron violentado los derechos constitucionales del gobernador de Puebla.

El fallo del Tribunal Electoral sienta demás un precedente histórico, referente a las facultades meta constitucionales que buscaba atribuirse el INE de Lorenzo Córdoba, el cual no encuentra el rumbo y carece de la legitimidad que en su tiempo si tuvo el antiguo IFE, el cual encabezó José Woldenberg.

La victoria jurídica y moral obtenida por el gobernador de Puebla obliga a los legisladores a revisar el actual modelo de comunicación y el espíritu de la reforma electoral aprobada en el 2007, la cual busca como prioridad que hubiera “piso parejo” para todos los contendientes, luego de la derrota por escaso margen de Andrés Manuel López Obrador, quien culpó a los medios de parte de su debacle.

Lamentablemente, la reforma electoral presentó algunas lagunas que generan incertidumbre y permiten interpretaciones subjetivas por parte del INE, tal y como ocurrió con el gobernador de Puebla.

El ejemplo más claro de las lagunas y los excesos que permite esta ley, tiene que ver con el uso de los spots de los partidos políticos como medio de promoción personalizada los cuales usa de manera impune el líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, pero también el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés.

Moreno Valle podrá mantener su activismo y la serie de entrevistas que había sostenido con varios medios de comunicación para hablar de sus logros al frente de la administración pública de Puebla.

Pero lo más importante, el mandatario poblano abre el camino para que haya una revisión de las leyes electorales de nuestro país, para que establezcan normas claras en torno a la promoción personal, pero también para la contratación de publicidad dentro de los medios de comunicación.

El gobernador de Puebla, sin duda, recibió un regalo de navidad anticipado por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Reacción sobredimensionada. Extraña, pero de verdad extraña, la reacción del expresidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez y de varios sectores de la sociedad poblana, incluidas las universidad privadas de Puebla y del clero reaccionario de la Angelópolis.

Y es que si bien es cierto, el inicio de un procedimiento administrativo en contra del exalcalde capitalino, pudiera encuadrarse en una “revanchismo” político o en el marco de la lucha que se vive al interior del PAN por la candidatura a la presidencia de la República, tampoco es para que el exedil se “tire al piso” y se victimice, porque ni es Juana de Arco, ni tampoco San Felipe de Jesús.

De entrada, si Rivera está limpio de toda culpa como alega, no tiene nada que temer, esto es tan solo el inicio de un procedimiento administrativo, mismo que tiene tiempos, dentro de los cuales Rivera tendrá la oportunidad de presentar toda la información que se le requiera para demostrar que no hubo anomalías dentro de su gestión como tanto alega.

De hecho cuando Rivera agote todos los recursos jurídicos a su alcance, ya no estará al frente del gobierno de Puebla, su tan odiado Rafael Moreno Valle, entonces “para que tanto brinco”.

Además, no cabe duda que quién las hace no las consciente. Eduardo Rivera siendo dirigente estatal del PAN fue el primero en apresurarse a firmar un desplegado en El Sol de Puebla, desconociendo al entonces alcalde capitalino, Luis Eduardo del Sagrado Corazón de Jesús Paredes Moctezuma, cuando el Congreso del Estado, inicio un proceso administrativo en su contra, mismo que lo dejó fuera de la carrera por la candidatura del PAN a la gubernatura.

Es cierto que las “pillerías” de Paredes eran de todos conocidas, pero el Congreso de mayoría marinista aún tenía muchas cosas que demostrar en contra del polémico exedil capitalino. Paredes de hecho ganó varios juicios durante la administración marinista y solo fue hasta la actual legislatura que el originario de Tehuacán fue inhabilitado.

Reitero lo dicho, el que “nada debe, nada teme”; Rivera tiene muchas instancias jurídicas para poder demostrar que no incurrió en anomalías durante su paso por el palacio de Charlie Hall, así que “para que tanto brinco, si el suelo está muy parejo”.

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