El recinto que lleva por nombre “Rafael Tovar y de Teresa”, quien hasta su muerte se desempeñaba como secretario de Cultura, fue recién inaugurado por el gobernador Rafael Moreno Valle y forma parte del Complejo Museístico La Constancia
Por: Staff 24 Horas Puebla
Fotos: Archivo Agencia EsImagen / Staff 24 Horas Puebla
Visitar el Museo de la Música Mexicana “Rafael Tovar y de Teresa”, recién inaugurado por el gobernador Rafael Moreno Valle, es adentrarse en una sinfonía, en un ensamble de notas, ritmos, colores y sensaciones a través de la historia.
Su ubicación es estratégica. Forma parte del Complejo Museístico La Constancia, donde operan los museos de la Música de Viena, Infantil y de los Títeres y a los cuales, habilitados por el gobierno del estado a lo largo de esta administración.
El de la Música Mexicana es un museo cien por ciento interactivo. Al llegar, personal del recinto entrega unos dispositivos móviles que habrán de ser la guía por las 12 salas que lo integran, desde música virreinal y barroca hasta exposiciones temporales.

La primera sala que el visitante observará es Experiencia Mexicana, con materiales audiovisuales montada gracias al apoyo del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim), con sede en la Ciudad de México, que por primera vez prestó una colección de instrumentos musicales.

El siguiente paso es llegar a la sala de Música Virreinal, donde una impresión del retrato de la Emperatriz Isabel de Portugal, del cual el original radica en el Museo del Prado, en Madrid, España, salta a la vista, así como de la Cédula y el Escudo de Armas de Puebla. Llama la atención un clavicordio antiguo en perfecto estado, antecesor del piano.

De inmediato, arcoíris incrustados en instrumentos musicales invita a los asistentes. Se trata de la colección Instrumentos huicholes, que reúne alrededor de 25 piezas decoradas con chaquira, característico de los Wixarika, que habitan los estados de Nayarit, Jalisco Durango y Zacatecas.
Esta exposición temporal contempla un clarinete, tuba, trompeta, corno francés, acordeón, cuatro puertorriqueño y ukulele, así como guitarras antigua, acústica y eléctrica, bajo eléctrico, violonchelo y contrabajo.
La exhibición, perteneciente a la Fundación Hermes Music, tiene también un arpa, congas, bongós, un tambor prehispánico, un djembé, una batería y dos palos de lluvia.

Al continuar el recorrido por el Museo de la Música Mexicana “Rafael Tovar y de Teresa”, el visitante camina por un túnel que a la vista luce como una bóveda de catedral. De hecho, es el preludio para llegar a la sala Música Barroca, Gloria in Excelsis Deo, donde se encuentra un habitáculo con forma de cilindro hecho de pantallas, en el cual se puede “realizar” –a través de proyectores– un interesante viaje tridimensional.
Al pasar a la siguiente exposición, las notas cambian radicalmente y el asistente escucha una de las voces más conocidas, la de Pedro Infante. En la sala México Romántico se pueden apreciar vestidos de gala e instrumentos como la guitarra antigua y clásica, un requinto, guitarrón, violín, dos saxofones y una tuba.

Posterior a ello, el paso obligado es Arte y color; después Ópera Mexicana, dos salas pequeñas pero llenas de vida, de música, de conocimiento.
El nombre de Consuelo Velázquez es lo primero que viene a la mente cuando uno pisa la sala Bésame mucho, que tiene retratos de Frida Kahlo, Pedro Infante, Jorge Negrete y Agustín Lara, entre otros, así como una colección de radios de los años 30, una sala propia de las bandas sonoras de la época de oro del cine mexicano.

Una de las salas interactivas diseñadas en especial para los pequeños es Nuevos Horizontes, donde uno mismo, a través de pantallas, proyectores y sensores, puede “pintar” al ritmo de la música.
Es paso obligado en el recorrido admirar dos calderas que funcionaban en la antigua fábrica textil La Constancia, así como un telar donde reposa una obra de Sary Haddad, artista plática nacida en Puebla, quien logró el primer lugar internacional por el montaje “Por los Lugares de la Memoria”, en la Bienal de Florencia, Italia, 2011.
Otro espacio creado para los pequeños es un pasillo donde se encuentran tres juegos con sensores conectados a una pantalla, donde un querubín intenta llegar al cielo y para ello debe cumplir tareas como recolectar diamantes.

El recorrido por el por el Museo de la Música Mexicana “Rafael Tovar y de Teresa” termina con una exposición del Musical Instrument Museum (MIM) de Phoenix, Arizona, donde el visitante puede conocer instrumentos de Asia, los Andes y África.
Sobresalen un tai ping gu (tambor), tungna (laúd de rasgueo), aman khuur (arpa de mandíbula) y dhyangru (tambor de marco), así como tambora, bandurria cuzqueña, charango y zampoña, además de tambor de copa, nsambi kizonzolo (pluriarco), n´gombi (arpa singular) y un xilófono.

El Museo de la Música Mexicana “Rafael Tovar y de Teresa” abre sus puertas de martes a viernes, de 10 a 17 horas, y sábados y domingos, de 10 a 18 horas.