Pese a que el Ayuntamiento aseguró que sólo se toleraría a quienes tuvieran otros giros distintos a los de los comercios establecidos, los informales venden artículos similares

 

Por Guadalupe Juárez

El bullicio compuesto por ofertas y el uso de la vía pública para obtener ingresos persiste en el Centro Histórico, aunque ya no en las calles 8 Oriente y 10 Poniente.

El ruido y los obstáculos a peatones se han trasladado a tan sólo dos calles. Las sexoservidoras que solían resguardarse entre las entradas de negocios y casonas, ahora lo hacen entre los estantes de ropa deportiva o de tenis y calcetas de marcas similares a las de lujo.

A pesar de que el Ayuntamiento aseguró que sólo se toleraría a vendedores informales que vendieran productos distintos a los comercios establecidos, los ambulantes ocuparon la calle 3 Norte a partir de la 14 Poniente para vender ropa, calcetines, mochilas, manteles y adornos navideños.

En un recorrido realizado por esta casa editorial, se pudo observar que la mayoría de los ambulantes colocados en esta zona de tolerancia antes se ubicaban en la 8 y 10 Poniente, y aún pagan cuotas a sus líderes.

“Ahorita no están dando lugares, por el problema con el gobierno, pero sí nos cobran, ya nada más quedamos los que desde un inicio andamos aquí, a ver si podemos recuperar nuestros lugares”, señaló un comerciante informal que vende ropa en la esquina de la 14 Poniente y 3 Norte.

foto

Cada fin de año, Natalia busca en puestos ambulantes los manteles para ordenar las mesas que colocará en su patio para la cena de Navidad.

“Pues ahora ya no los encontré, dicen que andan más adelante, sino pues ya ni modos, a ver dónde andan los puestecitos”, afirmó.

Quienes se aferran a esta zona y no han aceptado mudarse a mercados municipales dicen que lo hacen porque sus clientes los buscan por la “calidad de sus productos”.

Sin embargo, en esta ocasión no ocupan sólo las aceras, sino que se instalan bajo las banquetas, lo cual ha ocasionado la molestia de vecinos y locatarios del lugar; mientras que en la 5 Norte han invadido la ciclopista ante la llegada de más ambulantes.

“El sol sale para todos, hay que aguantar y a esperar que no nos quiten a nosotros por dejarles a ellos el espacio”, comentó uno de los ambulantes que vende legumbres y que prefirió la gracia del anonimato, ya que asegura que no pertenece a ninguna agrupación, por lo cual teme perder su “lugar” que consiguió en la 5 Norte desde hace tres años.

Aunque las autoridades municipales afirmaron que consultarán a los vecinos para conocer su opinión acerca de la estancia de los comerciantes informales en esta zona, los habitantes de casonas y edificios del lugar aseguraron que no han tenido acercamiento con el Ayuntamiento y desconocen las consecuencias de que haya más vendedores en las calles.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *