Primero el Puente de Bubas, después la primera etapa del pasaje Histórico 5 de Mayo  en Xanenetla; ahora, la posibilidad de recorrer la estratégica zona de ataque de la batalla

 

Por Mario Galeana  

En la ciudad de Puebla se camina sobre secretos.

Una inundación ocurrida en el siglo XVII y el paso del tiempo –igual de letal que un alud de lodo– dejó sepultados, de manera textual, pasajes y túneles que permanecían, hasta ahora, como venas ocultas, invisibles, de la capital del estado.

No eran más que rumores. Rumores aprovechados en recorridos turísticos donde se hablaba de kilométricos pasajes subterráneos que habían servido lo mismo para transportar recelosamente la riqueza de la Iglesia católica, como para idear artificios de guerra en contra de los franceses, durante la ya mítica batalla del 5 de mayo de 1862.

Los rumores corrían, también, entre las familias de los primeros pobladores del Centro Histórico, que contaban en tertulias, cuando ya entraba la noche, la existencia de un mapa oculto bajo la ciudad. Los bisabuelos lo contaron a los abuelos, y los abuelos lo contaban a los niños: ojos grandes, cara de asombro.

Pero la leyenda, quién lo diría, resultó cierta. Su descubrimiento fue, sin embargo, accidental. Hace unos cinco años, durante la construcción del viaducto Zaragoza, los obreros hallaron un muro de piedra lasca sepultado, que se mantenía estoico, inamovible. No imaginaban que se trataba de un muro de contención del río Zaragoza: el primer atisbo de luz a la Puebla oculta. Una ciudad bajo otra ciudad.

Tras toneladas de tierra removida, el primer descubrimiento fue el Puente de Bubas, en el Barrio de Analco. Luego vino el hallazgo del Pasaje Histórico 5 de Mayo, en el Barrio de Xanenetla; la primera etapa de este proyecto fue inaugurada en febrero de año pasado.

El más reciente descubrimiento consiste en una red de túneles que inician en el Fuerte de Loreto y que forman parte de la segunda etapa del Pasaje Histórico 5 de Mayo, cuya inauguración  será este mes.

Los historiadores no descartan que los pasajes hayan sido utilizados durante el enfrentamiento entre el Ejército de Oriente, liderado por el general Ignacio Zaragoza, en contra del que durante 1862 era la fuerza militar más temida del mundo: el ejército francés.

Los hallazgos han requerido, de acuerdo con el gobernador Rafael Moreno Valle, un trabajo milimétrico, preciso. Kilómetros enteros descubiertos entre cinceles, brochas, taladros. Es tal la complejidad de la red subterránea que podría quedar descubierta en su totalidad hasta 2031. Cuando la ciudad cumpla 500 años de vida, las venas ocultas de Puebla quedarán abiertas.

 

Las grutas del general Ignacio Zaragoza

La imagen es poderosa: hombres armados, eufóricos, que brotan de la tierra como frutos para hacer la guerra, para repeler el ataque francés.

“En la batalla del 5 de Mayo, estos túneles pudieron haber tenido un impacto para que de pronto salieran los soldados del Ejército de Oriente, justo donde menos lo esperaba el Ejército francés”, comenta el gobernador de Puebla.

La entrada al pasaje subterráneo hallado se encuentra frente al lago de la Concordia, en la zona de Los Fuertes, lo que da fuerza a la posibilidad de que el ejército de Zaragoza –aquel hombre que, entre alucinaciones provocadas por la tifoidea, murió 10 años después– haya utilizado la red de túneles a su favor.

El gobierno de Puebla no da por hecho esta conjetura, pero tampoco la descarta. “Tal vez esas historias que platicaban acerca de estrategias extraordinarias utilizando túneles que aplicó el Ejército de Oriente no sean sólo una leyenda, sino una realidad”, agrega Moreno Valle.

La remoción de toneladas de tierra y su adecuación al público requirió al menos 25 millones de pesos, en un trabajo que se ha ido haciendo “de manera gradual, con mucho cuidado”. “Tiene que hacerse a mano, porque en el momento en que se encuentra algún tipo de vestigio, tiene que pasar el INAH a revisar, para saber de qué época es, de qué se trata. Y se va archivando”, explica el gobernador poblano.

 

Las rutas perdidas

Fueron calles perdidas que la Iglesia utilizaba para llevar de santuario a santuario sus reliquias. Fueron, también, pasajes huidizos donde las tropas mexicanas ocultaban polvorín y armas. Y fueron, además, rutas ocultas que la gente adinerada utilizaba para sortear el trajín cotidiano de la gente normal.

Los túneles subterráneos de Puebla pudieron haber sido todo eso, han concluido los arqueólogos tras el hallazgo del Pasaje Histórico 5 de Mayo, una red con una longitud calculada de 10 kilómetros, que va desde la Iglesia de San José, en el Centro Histórico, hasta el Fuerte de Guadalupe, en el Cerro de Loreto, y que requirió en total más de 25 millones de pesos de inversión.“Estas historias me las contaba mi abuelo, que había visto personalmente algunos túneles y decía: ‘Yo vi a Porfirio Díaz, que cruzaba a caballo y pasaban las carreta en las bóvedas de la ciudad”, dijo el ahora gobernador electo José Antonio Gali Fayad a El País, en enero del año pasado, cuando el gobierno de la ciudad preparaba la apertura al público de este pasaje subterráneo.

Los pasadizos, de acuerdo con Sergio Vergara Berdejo, titular de la gerencia del Centro Histórico, pudieron ser utilizados como rutas ocultas, perdidas, para la gente acaudalada que habitaba en la capital.

Pero crónicas publicadas durante los primeros años del siglo XX dan cuenta de que estos, posiblemente, también hayan sido utilizados por monjas y sacerdotes durante el Maximato, la época más álgida entre el Estado y la Iglesia.

“Encontraron todo un sistema de caminos subterráneos que tenían comunicación con el templo (de Santa Mónica) que está bajo la superficie de la tierra. Los caminos subterráneos están azolvados en parte, pero son de una construcción perfecta y ofrecen la oportunidad a los arqueólogos de hacer un verdadero estudio, por datar de épocas muy remotas”, escribió en mayo de 1934 el cronista Carlos Montero Pantoja, en La Opinión, el Gran Diario de Oriente, a raíz de una serie de operativos implementados por el gobierno en distintos recintos católicos.

 

El puente de la muerte

Era una frontera. Una frontera entre la enfermedad, la muerte y la vida. Fue construido en el siglo XVII y bautizado como el Puente de Bubas, porque conducía a un hospital dirigido por monjes franciscanos donde se atendía a los enfermos de la peste bubónica, y que se encontraba en lo que hoy es conocido como el estacionamiento de San Francisco.

Era una frontera, también, porque el puente burlaba el río San Francisco y conectaba el centro de la Puebla de los Ángeles con la periferia, donde habitaban los indígenas tlaxcaltecas traídos para construir la ciudad novohispana.

Hoy, por aquel puente de peste bubónica, sobre la 2 Oriente y bulevar 5 de Mayo, sólo desfilan turistas asombrados de que una ciudad permanezca intacta justo bajo sus pies.

 

El recorrido 

Sigue paso a paso con el gobernador el trayecto de este túnel que conecta con Los Fuertes. Lee la estenográfica del video montado el 31 de diciembre :

Da clic aquí para mirar el interior de este pasaje secreto

Rafael Moreno Valle: Muy buenas tardes, amigos. El día de hoy les voy a mostrar algo muy especial. Hace un par de años, cuando estábamos haciendo algunas obras sobre bulevar 5 de Mayo, encontramos unos túneles que formaban parte de las leyendas de Puebla. Algo que me había platicado mi abuelo que de niño había visto y que había túneles que cruzaban la ciudad; realmente parecía más un mito que una realidad. Sin embargo, nos dimos cuenta de que sí hay estos túneles extraordinarios. Llevamos dos años trabajando con mucho cuidado con el apoyo de las autoridades federales, del INAH, para cuidar todos los vestigios; descubrimos el Puente de Bubas que va mostrando durante las diferentes épocas en Puebla cómo se iban haciendo nuevas construcciones, pero después encontramos estos túneles extraordinarios y quiero decirles que estamos en este momento justo frente al lago de la Concordia, es decir, aquí, frente a mí tengo el Fuerte de Loreto, en donde el 5 de mayo de 1862 se llevó a cabo la batalla del 5 de mayo en que el general Ignacio Zaragoza venció al frente del Ejército de Oriente al que entonces era considerado el ejército más poderoso del mundo: el ejército francés. De tal suerte que tal vez esas historias que platicaban acerca de estrategias extraordinarias utilizando túneles que aplicó el Ejército de Oriente tal vez no sean sólo una leyenda sino una realidad. Los invito a que me acompañen a descubrir estos túneles que estarán abiertos a partir de enero al público pero que ustedes sean los primeros en conocerlos y ya determinarán si ustedes creen que sea simplemente un mito o una realidad.

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Muy bien amigos, pues como ustedes ven, estos son los túneles, vamos avanzando, empezamos a poner la iluminación. Como ven esta parte todavía no está lista, es la que estamos terminando, ha sido un trabajo intenso, hemos invertido más de 25 millones de pesos de recurso estatal (en lo que) será sin duda un nuevo atractivo turístico de Puebla.

Por el tipo de obra, que encuentras vestigios en cualquier momento y los hemos venido descubriendo a lo largo de este trabajo, pues tiene que hacerse a mano, se tienen que ir haciendo de manera gradual y con mucho cuidado. En el momento que se encuentra algún tipo de vestigio tiene que pasar el INAH a revisar, saber de qué época es, de qué se trata, se va archivando, se va marcando.

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Esta parte ya la estamos preparando para la exhibición, para que vean cómo va a quedar, no es que esté terminada; aquí falta iluminación para mostrar la Batalla del 5 de Mayo y evidentemente nuestra intención es poder dejar la imaginación abierta a cómo en la Batalla del 5 de Mayo estos túneles pudieran haber tenido un impacto para que, de pronto, salieran los soldados del Ejército de Oriente donde menos lo esperaban los franceses.

¿Ya vieron la dimensión? Hasta dónde se alcanza a ver. Tenemos estos espacios, este túnel, y podemos ir más rápido.

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Aquí tenemos otra salida. Como ven, están los trabajadores intensamente a pesar de que estamos a finales de año para poder concluir la obra en tiempo; aquí tenemos otra salida y vemos también la profundidad que tiene todavía la obra. Vale la pena mostrar esta otra salida, vean las escaleras perfectamente diseñadas y sin embargo continúa también el trayecto.

Moreno Valle: —¿Cómo van, maestro?

Trabajador: —Ahí vamos

(Continúa el recorrido)

Moreno Valle: —Buenas tardes

Trabajador: —Buenas tardes

(Continúa el recorrido)

Miren hasta dónde llegamos en este momento, pero sobre todo lo que todavía resta por descubrir.

Muchas gracias por acompañarnos en esta transmisión, los esperamos próximamente en la inauguración de este extraordinario descubrimiento y esta leyenda de Puebla hecha realidad

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