La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía /

 

Una última entrega –por lo pronto– sobre Enrique Cárdenas Sánchez, ex rector de la UDLAP impuesto por Manuel Espinosa Yglesias.

A las diversas irregularidades detectadas y publicadas por 24 Horas Puebla habría que agregar las que aparecen en el blog del doctor en Economía Gerardo Esquivel –profesor e investigador del Centro de Estudios Económicos de El Colegio de México–: “El Placer de Disentir”.

Uno de los usuarios de dicho blog publicó con el seudónimo “La Verdad” varias líneas reveladoras.

Esto ocurrió el 24 de mayo de 2007, cuando Cárdenas y sus esbirros buscaban desestabilizar al entonces rector Pedro Ángel Palou.

Hay que decir que varios usuarios identificaron a “La Verdad” como una voz proveniente de la propia Rectoría de la UDLAP.

El usuario del blog –en nombre de “varios exalumnos y alumnos”– enumera con una prosa aceptable una lista de irregularidades ocurridas durante la gestión del citado Enrique Cárdenas.

A saber: “La compra de computadoras Apple a un proveedor vinculado con un vicerrector; el fraude por más de un millón de dólares que hizo otro vicerrector en tecnología de cómputo, y que no tuvo más repercusión que la remoción de la persona de su puesto, pero ninguna acción legal; los negocios como consultores a empresas privadas y de gobierno en temas de ingeniería, negocios, etcétera, de profesores (algunos jefes de departamentos, otros vinculados a la administración), empleando infraestructura de la UDLA, sin que ésta recibiera un centavo (y generando jugosas ganancias). Lo sabemos porque varios de nosotros participamos como estudiantes en algunos de los ‘proyectos’ relacionados con las consultorías. Sabemos del negocio que tenían Enrique (Cárdenas) y Castañeda (sí, Gonzalo) con una librería (que a la postre fracasaría) afuera de la UDLA, en donde se encontraban todos los libros de texto que en la librería UDLA nunca llegaban (precisamente por eso). Sabemos de los privilegios de algunos profesores de la UDLA, que no solo poseían gratuitamente una casa en la zona residencial (privilegio que no tienen todos los profesores), sino que la habitaban casi sin límite de tiempo, sin pagar renta, electricidad, agua, gas, y que muchas veces algunos aprovechaban para poner negocios de preparación de alimentos (pasteles) o lavado de ropa, a costa de la UDLA. O de las enormes cuentas de llamadas telefónicas personales, a todo el país y el mundo, con cargo a la institución (situación que empezó a corregir Nora Lustig). De las ‘becas’ para estudiantes-deportistas (en especial de Americano y Básquet) que no importaba si tenían materias reprobadas o que asistieran a clases. Con una llamada el entrenador arreglaba todo con el rector (y lo sabemos, porque muchos eran nuestros compañeros, y nos parecía injusto). En lo que hemos leído en los medios, entendemos que todos estos individuos, y quizá algunos más aun escondidos en la facultad, han promovido la desacreditación de la rectoría actual (la de Palou) y del Patronato (que, por cierto, en tiempos de Don Manuel, muchos de los recursos fueron usados para fortalecer las acciones de la Fundación Amparo en el rescate del centro histórico de la ciudad de México o del mercado la Victoria en Puebla, y no en acciones directamente relacionadas con su objetivo; cosa que hoy el actual patronato parece cuidar: que se usen para los fines legales para los que se constituyó)”.

Al impoluto Cárdenas le llueve sobre mojado:

“Sí creemos en la existencia de una conjura, no sólo en tiempos recientes, sino desde hace 6 años, la cual busca que algunas de las hijas de Espinosa Yglesias retomen el control como Patronato de la UDLA (en venganza al juicio legal perdido en el 2003 contra los herederos, los Jenkins). Y sí, detrás de esta conjura está Enrique Cárdenas (silenciado por un acuerdo-finiquito legal, hecho durante la rectoría de Nora Lustig, cuando se le pidió su renuncia por intentar tomar el Consejo). También está Paul Rich, profesor emérito que salió del país luego de que se hicieran evidentes sus prácticas de pederastia y corrupción de menores. (…) Leímos en e-consulta que el rector (Palou) ha recibido correos anónimos amenazantes, con citas bíblicas y símbolos masónicos (ambos, clara referencia de la colaboración entre Paul Rich y Neil Lindley).”

Ufff.

Cárdenas Sánchez quiere pasar como un académico serio y dedicado, pero su pasado lo exhibe como un experto en el arte de las componendas y los negocios.

A esto hay que agregar que fuentes ligadas al PRI aseguran que no sólo era una ficha para el Gabinete que se conformaría después del frustrado “triunfo en las urnas”, sino que participó durante la campaña –pero siempre a la sombra– “dando elementos para contrastar y criticar la política económica del gobernador Moreno Valle”.

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