Por: Serafín Castro
En julio de 2010 Rafael Moreno Valle dio el primer golpe al grupo de priistas encabezados por el último gobernador tricolor Mario Marin Torres.
El triunfo fue contundente: más de 10 puntos de ventaja, lo que significó una suma de más de un millón de votos, dieron la victoria al entonces candidato de la coalición Compromiso por Puebla.
Los resultados de la elección empezaban a oficializarse, y Rafael Moreno Valle no sólo ponía en desventaja al gobernador Mario Marin, a su candidato y a su administración, también terminaba con los más de 70 años de gobiernos priistas y daba pie a la transición.
El silencio del grupo en el poder fue total, apresurándose a cerrar los últimos meses del gobierno. Más tarde vino una serie de acusaciones sobre traiciones entre los grupos marinistas y el apoyo brindado al candidato del gobernador Mario Marín. El marinismo daba sus primeros pasos rumbo al fracaso.
El otro golpe no tardó en llegar. Aún como gobernador electo, Moreno Valle rechazó rescatar e invertir en La Célula, la obra magna del sexenio de Mario Marín que a la fecha sigue sin uso y luce sólo como un emblemático elefante blanco en el municipio de Oriental.
Moreno Valle daba su gira de agradecimiento; fue en una entrevista donde oficialmente dio por muerto el mega proyecto marinista al asegurar que su administración no dedicaría ni un solo peso para promover en él inversiones.
“El proyecto de La Célula es un fracaso absoluto, ya se lo comenté al secretario de Economía por si algún empresario está interesado; es un proyecto que no funcionó, que está parado desde que se terminó de construir la primera etapa, que es un elefante blanco”, citaron varios medios locales.
Y así fue. El proyecto marinista, en el que se invirtieron mil millones de pesos y que pretendía detonar las inversiones en la entidad poblana, ahora luce abandonado.
A lo largo del sexenio, las inevitables comparaciones entre las cifras y resultados obtenidos por el gobierno priista y los de Rafael Moreno Valle terminaron por resaltar el contraste entre ambas administraciones.

Las persecuciones en contra de funcionarios marinistas vinculados con la malversación de fondos continuaron con la caída de Mario Marín y su grupo de funcionarios.
El primero en caer fue Alfredo Arango, secretario de Salud y director del ISSSTEP, luego vinieron órdenes de aprehensión contra Rodrigo Lazcano y Efraín Ruiz Meneses, ex subdirector del ISSSTEP y ex subsecretario de Obra Pública. Todos acusados de enriquecimiento ilícito.
Posteriormente se giró una orden de aprehensión en contra del secretario de Desarrollo Urbano y Obra Pública de Mario Marín Torres, Javier García Ramírez, quien hasta el momento es buscado por la Policía Internacional (Interpol).
En noviembre pasado Francisco Castillo Montemayor, ex titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, fue detenido acusado del delito de peculado, por un monto de 39 millones de pesos.
Columnistas señalan que, desde 2012, funcionarios de primer y segundo nivel de la administración de Mario Marín solicitaron amparos ante juzgados federales por el temor de ser aprehendidos.
El desprestigio del ex gobernador Mario Marín es tal que, politólogos y especialistas califican a su figura como un “lastre” y lo “peor” de su partido, atribuyéndole, incluso, en gran medida, la derrota de la priista Blanca Alcalá en junio pasado cuando perdió la minigubernatura.
Antes de dejar la gubernatura del estado, Rafael Moreno Valle lanzó un último golpe al marinismo, pues durante su Sexto Informe de Labores presentó las cifras abrumadoras del antes y después de la entidad.

