La Entrega
Por Adrián Ruiz /ruizdur@hotmail.
El tiempo será el principal enemigo para todos los partidos políticos. Las elecciones del 2018 están más cerca de lo imaginado. Al estado de Puebla, lo alcanzó la crisis de falta de candidatos para los puestos más relevantes -gubernatura y presidencia municipal-. A pesar de que todos empezaron a mover sus piezas, ninguno vislumbra candidatos con "tamaños", para lograr primero la designación y luego el posible triunfo. Las alianzas serán las únicas posibilidades de quienes pretendan asumir los poderes en la Agelopolis.
Los "cartuchos de medio pelo" del PRI, PAN PRD y restantes partidos se promueven para estar presentes nada más. Aprovechan sus escaparates y puestos para hacer acto de presencia en cada oportunidad que se presenta. La misión de convencer a los grupos parece imposible. Ninguno de ellos a pesar de las campañas emprendidas logran "prender" y menos entrar en el animo de los poblanos.
Muchos iniciaron la movilización para sorprender. Pocos serán los elegidos. Por supuesto ninguno delos que hasta hoy alzaron la mano, tienen posibilidades. La razón es simple son viejos conocidos etiquetados por los electores como oportunistas y vividores del sistema. En cada cambio de poderes buscan cualquier resquicio para colocarse en puestos que les permitan ingresos del erario público.
La situación será más complicada de lo que parece para quienes pretendan llegar. Después de Antonio Gali Fayad, nadie cuenta con el carisma de quien se identifica plenamente con los poblanos. La mayoría de los aspirantes de todos los partidos son vistos como "fuereños". Y otros como oportunistas.
Los presuntos suspirantes del PRI, empezaron con anticipación sus "destapes". Eso les ratificó el rechazó y lo que es peor ser ignorados por los poblanos. Uno de los que invirtió tiempo y recursos para llamar la atención pero fracasó por completo es Juan Carlos Lastiri, oriundo y repudiado en Zacatlán, Puebla.
Juan Carlos Lastiri, subsecretario de la Sedatu, protegido de la secretaria Rosario Robles, nada tiene que hacer para aspirar a la candidatura a gobernador. No le alcanza ni siquiera para ser presidente municipal de su puebla -situación que ya intentó en el pasado, pero fue rechazado por sus paisanos-. En principio planeaba buscar la presidencia municipal de la capital poblana. Pero alguien le metió en la cabeza que podía llegar más lejos. Por supuesto lo engañaron y le mintieron, porque de los posibles priistas es menos conocido que "Juan Pérez".
Para que Lastiri Quiróz, alcance la postulación de su partido tendría que ocurrir algo superior a un milagro. Juan Carlos, tiene un negativo historial en la política poblana. Tanto que su "compadre", Mario Plutarco Marín Torres en su momento como gobernador de Puebla, prefirió mandarlo a la banca que darle la responsabilidad que exigió en la administración pública. La historia de ese pasaje se remonta a la traición del subsecretario en el manejo de las votaciones del distrito de Tepeaca -en otro momento La Entrega narrará los pormenores-. Como adelanto les podemos decir que después del triunfo del "góber precioso", en una de las primeras comidas de festejo lo dejo con la mano extendida y una sentencia de sexenio "me la debes compadre".
Los restantes suspirantes están en igual o peor situación que Juan Carlos Lastiri. Lo más conveniente para cada uno de ellos es aprovechar los puestos que tienen y gozarlos el poco tiempo que les resta porque después de eso sólo en sus casas los recordarán. Están destinados al limbo. La peor crisis por la que atraviesa el PRI, los arrastrará al tobogán sin retorno.
Reporte del Informante
Ayuda rechazada. En la sombra del penal de San Miguel, vive su realidad Francisco Castillo Montemayor, extitular de la secretaría del medio ambiente y recursos naturales, acusado de peculado opor un monto de 39 millones de pesos. En la bonanza los secretarios del sexenio marinista le brindaban su amistad y apoyo incondicional. Ahora en la desgracia nadie se ha acercado para retificarle la amistad que pregonaban.
Por el contrario en días pasado recibió una llamada inesperada de Mario Plutarco Marín Torres, para ofrecerle a su equipo de abogados para hacerse cargo de su defensa. El ofrecimiento fue rechazado por Castillo Montemayor, debido a lo grave de la situación. Y sobre todo porque a nadie en la actualidad en Puebla, conviene que lo relacionen con el ex gobernador. Sería tanto como ponerle otra raya más al tigre.
Castillo Montemayor confía que su suerte se otra con el cambio de gobierno a partir del 1 de febrero. Por lo menos que el juicio lo pueda enfrentar en su domicilio, para dejar el ambiente nada recomendable de la prisión de Puebla.
