Por: Alejandro Juárez
Rafael Moreno Valle lo supo. Supo que su arribo al gobierno del estado de Puebla suponía una oportunidad para crear una amplia red de aliados que incluyera desde empresarios y líderes partidistas, hasta medios de comunicación e integrantes del gabinete federal, incluido el presidente Enrique Peña Nieto.
Su sexenio se convirtió en su mejor plataforma electoral. La mala gestión de Mario Marín Torres le dio un ancho margen para lanzar la idea de que revertir los indicadores gubernamentales en seis años era alcanzable. “El cambio es posible” es, de hecho, la frase que sintetiza sus acciones en Puebla durante su sexenio, y lo que anhela llevar al país entero como parte de sus aspiraciones presidenciales.

Así, la atracción de eventos de índole nacional e internacional en distintos campos le permitió proyectar la imagen de Puebla y, sobre todo, la suya.
Moreno Valle tejió vínculos firmes con empresarios como Ricardo Salinas Pliego y Emilio Azcárraga, propietarios de las cadenas Tv Azteca y Televisa.
La portada de las publicaciones Vértigo y Revista Central, asociadas a Salinas Pliego, divulgaron varias veces a Moreno Valle como la figura política que trajo la transformación en el estado.
La sinergia entre ellos llevó al gobernador poblano a impulsar el festival Ciudad de las Ideas y entregarle en comodato inmuebles como la recientemente rehabilitada antigua de La Constancia, sede nacional de la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca.
Con el propietario de Televisa la relación fue similar. En los primeros días de su sexenio, en febrero de 2011, el gobierno del estado invirtió 700 millones de pesos para la construcción de un CRIT en Puebla. La fundación Teletón aportó 300 millones más.
En correspondencia, en varias telenovelas los actores promocionaron recintos culturales del estado y, de hecho, fue a través del programa matutino informativo más importante de la televisora donde Moreno Valle destapó públicamente sus intenciones políticas.
“He sido diputado local, diputado federal, senador de la República y gobierno el quinto estado más poblado de este país, que cuando lo recibí enfrentaba problemas de corrupción, de inseguridad, de mala calidad educativa, de pobreza, de falta de abasto de medicamentos y de acceso a servicios de salud, y nosotros le dimos la vuelta. Hoy, todos los indicadores muestran a Puebla en los primeros lugares”, dijo Moreno Valle al conductor Carlos Loret de Mola durante esa transmisión.
Otros medios nacionales como Excélsior, Milenio, Imagen, Radio Centro y El Universal también dieron al aspirante a candidato por el PAN a Los Pinos espacio para hablar de sus aspiraciones políticas.

INVERSIÓN EXTRANJERA Y EMPRESARIOS, ALIADOS
El gobernador de Puebla sostiene también vínculos y apoyos con empresarios locales como Gilberto Marín Quintero, vicepresidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y nacionales, como Claudio X. González, presidente del Consejo de Administración de Kimberly Clark de México.
De hecho, a mediados de noviembre del año pasado, durante la realización de la Cumbre de Negocios 2016 –evento internacional que también dio proyección a Moreno Valle–, el empresario respaldó al mandatario estatal y dijo que el estado vivía “un cambio verdaderamente fuerte”.
“Sabemos que el gobernador deja el puesto el primero de febrero, pero trae otras ideas al futuro (la candidatura a Los Pinos) y este ha sido un buen arranque. ¡Felicidades, señor gobernador”, lanzó Claudio X. González.
La atracción de inversiones extranjeras fue una de las mayores proyecciones de Moreno Valle. La instalación de la planta armadora Audi y la planeación de Ciudad Modelo –que podría convertirse en la segunda localidad más importante del estado en 20 años– es, posiblemente, el mayor logro de su sexenio y de las últimas administraciones locales.
LA FEDERACIÓN, SU IMPULSORA
La amplia gama de indicadores positivos que el gobernador de Puebla ostenta y que se han convertido en su plataforma para desarrollar un plan nacional de desarrollo difícilmente podría
entenderse sin la participación del gobierno federal, ni de Enrique Peña Nieto.
Fue, coinciden analistas políticos, el gobernador consentido del Presidente de México: 16 visitas al estado donde los elogios y las loas fueron permanentes.
“No tengo más que reconocer al gobernador Rafael Moreno Valle su disposición y felicitarlo por los logros realizados en estos casi seis años de su administración”, dijo el Presidente en su última visita al estado para la inauguración del Tren Turístico.
El gobierno federal impulsó la gestión del mandatario local con presupuestos históricos que cada año crecieron. En seis años, Rafael Moreno Valle contó con alrededor de 453 mil 477 millones de pesos: más de lo que tuvieron a su disposición sus dos antecesores en conjunto, Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres.
La simpatía de Peña Nieto por el gobernador Moreno Valle se extendió en casi todo el gabinete federal. El gobernador de Puebla realizó acuerdos tanto con el bloque del secretario de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, como con el que encabeza el canciller Luis Videgaray Caso.
Así, desde Rosario Robles Berlanga, titular de la
Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), hasta Gerardo Ruiz Esparza, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), cada gira de trabajo al estado de Puebla se traducía en largas crónicas donde Moreno Valle agradecía el respaldo del gobierno federal y, en respuesta, los secretarios de Estado respaldaban su función. Mientras tanto, el priismo local sólo fruncía el ceño.
LOS COLORES
Sin embargo, la relación Moreno Valle-PRI federal no fue la única tejida a lo largo del sexenio. Al conseguir la candidatura de Puebla al gobierno del estado, el Ejecutivo que dejará Casa Puebla este día logró alianzas también con casi todas las corrientes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en especial con Nueva Izquierda.
Movimiento Ciudadano y su dirigente, Dante Delgado Rannauro, se sumaron también a la amplia coalición que lo llevó a Casa Puebla cuando el partido era conocido como Convergencia, pero la estrecha relación política entre ambos se mantuvo a lo largo del sexenio.
Fue Nueva Alianza, sin embargo, una de las fuerzas políticas más importantes en su ascenso. Ayudado por la poderosa ex lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, Moreno Valle logró el apoyo de la estructura del partido turquesa y, hasta ahora, la relación no ha cambiado.
De hecho, fue Luis Castro Obregón, actual líder nacional de Nueva Alianza, y no Ricardo Anaya Cortés, presidente del Partido Acción Nacional (PAN), quien llegó junto a Moreno Valle a su último informe de labores.
A nivel local, el mandatario poblano tejió alianzas también con partidos como Pacto Social de Integración (PSI) y Compromiso por Puebla (CPP).
LA GUERRA EN EL PAN
A la par, Moreno Valle extendió sus operaciones al interior del PAN y, desde 2010, apoyó la llegada de Gustavo Madero como presidente nacional del PAN. Cuatro años más tarde, en una renovación partidista, el gobernador de Puebla lanzó toda su estructura para impulsar el arribo de Ricardo Anaya Cortés, quien se ha convertido en su máximo rival en la contienda interna por la candidatura a la Presidencia.
Para conseguir el control de su partido, Moreno Valle envió también distintos operadores políticos a estados como Tamaulipas y Quintana Roo, para conseguir los triunfos electorales de Francisco García Cabeza de Vaca y Carlos Joaquín González, entre otros.
Para disputar a Anaya Cortés la operación política del PAN, el gobernador de Puebla impulsó también la candidatura de diputados federales en todo el país y se estima que cuenta por lo menos con 30 curules en la Cámara baja que son afines a su proyecto.
La táctica se ha repetido, por ejemplo, en los comités directivos del PAN en los estados de Chiapas, Tlaxcala, Guerrero e Hidalgo, donde varios dirigentes partidistas han manifestado públicamente su respaldo al poblano.
El control del Consejo Nacional del PAN, órgano medular en la definición de alianzas y estrategias electorales de cara a la jornada de 2018, se ha convertido en la disputa más feroz entre Anaya Cortés y Moreno Valle.
Analistas políticos estiman que el gobernador posee el control de 30% del órgano partidista, pero el presidente nacional del blanquiazul cuenta con 70%.
La exhibición mediática de la lujosa vida que Anaya da a su familia en Estados Unidos ha disminuido el crecimiento del joven líder panista que, sumado a las exigencias de sus correligionarios sobre la oportunidad de dar “piso parejo” entre todos los aspirantes del blanquiazul, hacen de su posición una base endeble y posiblemente abatible.

