Luis Felipe Bravo asegura que el Consejo Nacional se convirtió en un órgano de poder debido a la pugna de grupos que dan pie a las determinaciones en dicho frente político
Por Redacción
Para el ex presidente del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, el Consejo Nacional del partido se ha convertido en un órgano de poder, no por las decisiones al interior sino por la pugna de grupos que dan pie a dichas determinaciones en el frente político, por lo que cree que el Partido Acción Nacional ha perdido democracia precisamente por esas luchas personales.
A unos días de que se renueve dicho órgano partidista, Bravo lanzó una estocada para los aspirantes presidenciales, sobre todo Ricardo Anaya Cortés, su dirigente: tener la mayoría de consejeros nacionales no garantiza ser el candidato presidencial. “Todavía nos queda vida democrática”, reflexionó.
Bravo Mena, en entrevista con El Universal, añadió: “El estatuto prevé una elección de militantes, no por el consejo; éste podrá orientar el método o decisiones que implique una decisión, pero no es quien define al candidato presidencial. Es falso eso de que el que controla el consejo controla la elección”.
De paso, abogó por que el Consejo Nacional del albiazul sea un parlamento para que prevalezca el debate, no de grupos, y el análisis para mejorar al partido, no los intereses.
Porque sabe que el Consejo Nacional tiene la facultad para dar “jalones de orejas”, enviar mensajes y señales, tomar decisiones y dar manotazos a quienes intenten anteponer intereses personales a los del partido.
“Espero que este domingo, cuando se renueve el consejo, sea una renovación, no solamente un cambio de personas, sino un renacimiento; renovar es que renazca la idea de lo que es el consejo, una institución dentro del PAN para servirle al partido no a los grupos ni los intereses.
Bravo Mena fue líder del PAN entre 1999 y 2005 con dos periodos. Como su presidente, el albiazul ganó la Presidencia de la República en 2000 con el también guanajuatense Vicente Fox Quesada.
Sin embargo, ponderó la importancia del Consejo Político, a la que califica como su consciencia analítica, la que decidía cosas de relevancia para el partido, esas determinaciones que el dirigente y el comité compartían para tomar una resolución de gran trascendencia.
“El Consejo Nacional se formaba con los elementos del partido que habían dado testimonio, lucha cívica; que habían encabezado campañas, movilizaciones en defensa de la ciudadanía y todos ellos eran nominados por el consejo, la evolución de la institución lo llevó a convertirse en un órgano de muchas decisiones, ya no sólo la elección del presidente que ahora no la tiene, pues es por voto directo”, acotó.
Hoy, el orden económico, estratégico y electoral delinea las decisiones al interior del partido, de ahí la lucha de grupos por hacerse del poder y mantenerlo.
Por ello, consideró que el Consejo Nacional ha perdido elementos como el equilibrio, la sensatez, la decisión profunda y el cuidado de la institución para pasar al cuidado de grupos o intereses parciales.
Pese a reconocer que el PAN es todavía un organismo autónomo, ha dejado a un lado los intereses partiditas para atender los personales, por la influencia de mandatarios estatales y otro tipo de liderazgos.
“Concedo que hay aspiraciones legítimas y que bueno que las haya, pero se debe pensar en hacer cosas por el país, no para mí (…) El problema empieza cuando las aspiraciones políticas enloquecen, toda división y aspiraciones en el partido se ha vuelto loca, porque está viendo su interés y no el de la institución.
“Hemos ido perdiendo la democracia por las luchas personales y por los métodos de selección, para evitar división se tiene que llegar a acuerdos cupulares y ahí comienza a complicarse la cosa. Eso ha lastimado la vida democrática del partido”, señala.
El próximo domingo, en la Asamblea Nacional Ordinaria del albiazul se ratificará la elección de integrantes del Consejo Nacional electos en las asambleas estatales.
