Plagio estilo cholulteca

En San Pedro Cholula, encabezado por el desbocado candidato de Morena... perdón, por el edil José Juan Espinosa Torres, se puso en marcha un sistema de parquímetros en 19 calles de la zona centro de ese municipio. La medida, además, incluye la Zona 30, es decir, un perímetro en donde los automóviles no pueden circular a una velocidad mayor a los 30 kilómetros por hora, una medida establecida internacionalmente para evitar accidentes mortales de transeúntes. No obstante, la segunda propuesta no fue del alcalde cholulteca sino de su homólogo capitalino Luis Banck Serrato, quien sí es un especialista en el tema. ¿Será?

 

Líder maniatado

Con la novedad que el flamante dirigente de la Sección 23 del SNTE, Alejandro Ariza Alonso, anda con muchos dolores de cabeza. Resulta que en las negociaciones de diciembre, cuando se realizó el Congreso Seccional Extraordinario, el actual secretario general acordó llegar a ese cargo a cambio de que los enviados del Comité Ejecutivo Nacional negociaran el resto de las posiciones sindicales. En otras palabras: le dejaron como colaboradores a sus amigos, pero también a muchos enemigos y uno que otro líder indeseable. ¿Será?

 

Negociazo huachicolero

El presidente de la Organización de Expendedores de Petróleo (Onexpo) en Puebla, Rafael Zorrilla Alanís, puso el dedo en la llaga: los únicos beneficiarios del alza en la gasolina y diésel serán los huachicoleros. Y para comprobarlo sólo basta con revisar las tablas de asignaciones de precios de Petróleos Mexicanos. En la entidad, por ejemplo, los municipios con los costos más caros son Quecholac y Palmar de Bravo, los dos centros por excelencia de la operación de bandas de crimen organizadas dedicadas al robo de combustible. La pregunta lógica es: ¿dónde cree que se abastecerán los pobladores de esa región: en las estaciones oficiales, donde el litro alcanza los 18.36 pesos o con los vendedores clandestinos que ofrecen el litro a ocho pesos? ¿Será?

 

Despilfarro priista

El que no pierde la oportunidad de malgastar el dinero –que dudamos sea suyo– en propaganda personal es el subsecretario federal Juan Carlos Lastiri Quirós. A unos días de que concluyera el 2016, varias colonias, fraccionamientos y unidades habitacionales de la capital fueron tapizadas con la panfletos del priista, en los que reconoce que quiere ser gobernador. Bien haría el ansioso funcionario en no andar contaminando las calles con sus aspiraciones. ¿Será?

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