Sin Duda Alguna
Por Gabriel E. Guillermo Rodríguez / @gaboguillermo
Buenos días, estimados e inteligentes lectores. Nunca pensé comenzar el año escribiendo estas líneas, pero me parece que la situación lo amerita. Sabemos bien que “la cosa está fea” y que “el gobierno federal la está regando” y, bueno, todos nosotros hemos mandado y reenviado memes de todo tipo. El punto, señores, es que eso no va a cambiar, si rascamos un poco para atrás veremos que es lo mismo que hace seis meses, un año y así, cambiando los actores es exactamente igual. ¿Estrategia desestabilizadora del gobierno para luego salir como salvadores de la patria? No lo sé.
Lo que sí sé es que algo debemos hacer, y me parece que no es bloqueando carreteras o gasolineras como lograremos algo. Menos es desde la comodidad de nuestra casa texteando memes y de ahí salir en nuestro coche del año a trabajar y otros lugares, pues evidentemente lleva gasolina Premium o Magna el tanque ¿verdad? Es decir, debemos ser más inteligentes que los políticos y gobernantes, quienes son los responsables primarios de esta crisis económica y social que hoy vivimos. Y, con todo respeto, poner de canciller al responsable de la enorme crisis financiera y de la visita del innombrable candidato y ahora presidente electo de los gringos es ya la última bofetada a nosotros, los ciudadanos, así como una demostración muy burda de ejercer el “pinche poder” (frase tristemente célebre de Fidel Herrera Beltrán) del presidente de México y que le vale madres la opinión de las masas. Entonces, ¿qué hacer? Y acá dejo el espacio para escuchar ideas…
Por lo pronto, les platico la experiencia que viví el día de ayer, jueves. Decidí que en lo que por fin nos logremos organizar en una marcha por la paz o algo más inteligente a lo que se está viviendo, podía comenzar de manera individual con un ejercicio: dejar el coche en mi casa y utilizar la bicicleta. Quiero precisar que no modifiqué nada de mi agenda de trabajo, no me inventé citas para tener una ruta más accesible o pasar por donde casualmente me tomen la foto y sea nota – además no soy político, claro –, es decir: vivir la experiencia como un ciudadano cualquiera de Puebla en bicicleta. Tomada la decisión, reviso qué tenía en la agenda y ¡uf! Comienzo con un desayuno en la colonia La Paz, ni hablar, a darle…
Doy por sentado que todos conocen la geografía de dicha colonia, así que ya se imaginarán lo “divertido” que fue subir y bajar calles para llegar al punto. Listo, llegamos, desayunamos y ahora a la oficina. Horas después a otra cita y de ahí finalmente de vuelta a mi casa, varios kilómetros, varias subidas, varios obstáculos en el camino (por ejemplo, una sombrilla de algún comercio sobre la avenida Reforma) y, para mi sorpresa, cero incidentes con automovilistas, sólo con un motociclista que no sabe que las bicicletas existen y circulan igual que ellos, supongo. Y quiero decirles algo: lo disfruté mucho, muchísimo. Ese sentimiento de libertad, de viento en la cara, de sentirte incluso niño – fui un niño muy inquieto y me la vivía en la bici – ha sido maravilloso, al grado de pensar: “¡carajo! ¿por qué no lo había hecho antes?”.
Mañana toca darle nuevamente a la pedaleada y cada que tenga oportunidad, lo haré. No quiero decir que lo haré siempre ni tampoco mentiré diciendo que es un propósito de año nuevo, pero sí, como dicen en AA: Sólo por hoy. Mañana ya veremos.
Concluyo compartiéndoles, desde mi punto de vista, lo positivo de lo vivido:
1.- Haces ejercicio (y bastante; para todos aquellos que lo tienen de propósito de año nuevo).
2.- No contaminas el ambiente (te contaminan a ti pero bueno…)
3.- Ahorras gasolina, lo que implica que tardes más tiempo en regresar a cargar (de eso se tratan las protestas ¿verdad?)
4.- Conoces Puebla desde otro punto de vista (me llevé varias sorpresas agradables)
5.- Puedes decir: “yo sí he andado en bicicleta, así que tengo derecho a opinar de las ciclovías y demás obras en vías públicas”.
Imagínense ustedes qué pasaría si muchos de nosotros saliéramos a trabajar en bicicleta, de entrada me parece que obligaríamos a Tránsito y Vialidad a estar mucho más pendientes de las vías pero además dejarías un poquito vacías las gasolineras, los estacionamientos públicos, habrían menos “limpiaparabrisas” en los cruceros, los automovilistas que no agarren la onda tendría que manejar mejor y más despacio, etcétera.
Los invito a intentarlo, aunque sea un solo día, hagan sus cuentas y verán que ahí sí estamos “afectando” a los que nos suben los precios de los combustibles, pero, sobre todo, serán muy felices ese día.
La recomendación de este fin de semana es ir a desayunar o comer en familia donde más se les antoje, hay mil opciones, pero ¡en bicicleta! ¿les parece?
Dios los bendiga siempre.
