Investigadores de la BUAP enseñan a familias de zonas vulnerables a implementar un sistema de cultivo de parcelas, con el fin de mejorar su nutrición y la venta de hortalizas
Redacción
Para apoyar a las comunidades marginadas de Puebla, investigadores del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP) desarrollaron un modelo de siembra familiar sustentable e incluyente, que consiste en enseñar a los habitantes de la localidad de San Bernardino Tepenene a trabajar sus traspatios y parcelas, con el fin de producir alimentos que les permitan valerse por sí mismos.
“Lo que buscamos es capacitar a las familias para abatir tres niveles de pobreza, patrimonial, educacional y nutricional, que enfrentan los habitantes de esa región, a través de diversas actividades enfocadas al desarrollo sustentable comunitario y a la vez fortalecer la equidad de género”, explicó Manuel Huerta Lara, profesor investigador del ICUAP.

El proyecto inicia con un diagnóstico ambiental y socioeconómico de las familias. Posteriormente, se ejecutan acciones encaminadas a disminuir la pobreza: capacitación para mejorar la calidad de vida en los hogares y traspatios familiares, así como para asegurar la nutrición.
El siguiente paso fue la construcción de cisternas de ferrocemento con capacidad de 15 mil a 25 mil litros para la captación de agua de lluvia en los traspatios. Luego se trabajó con los agroecosistemas adyacentes (traspatios) a las casas habitación, donde se construyeron pequeños invernaderos y se capacitó a un grupo de 20 familias de la comunidad para producir alimentos de manera sustentable, detalló Huerta Lara.

El investigador de la BUAP señaló que las familias aprendieron a reciclar desechos orgánicos, lo que ayudó a tener un ambiente sano y a generar sustratos que mejoran la tierra, como abonos orgánicos, a partir de los recursos con los que cuentan, como las hojas de los árboles, estiércol de animales y limo de las pozas cercanas (jagüeyes).
Una vez con agua y suelos adecuados, los investigadores capacitaron a las familias en el manejo sustentable de los sistemas agrícolas, con respecto a las etapas de cultivo de hortalizas para la producir alimentos como zanahoria, rábano, cilantro, lechuga, brócoli, coliflor, pápalo, frijol, chile y jitomate.
Dichas acciones les brindaron la posibilidad de obtener ingresos por la venta de estos productos, principalmente jitomate, así como a mejorar sus hábitos alimenticios.
El académico, doctor en Fitopatología por el Colegio de Postgraduados, campus Montecillo, dijo que también se les instruyó acerca de la importancia de no utilizar agroquímicos en los cultivos, como una forma de asegurar que el ambiente y los alimentos no contengan sustancias tóxicas dañinas para su salud.

Este proyecto comenzó en 2013 y los recursos para impulsarlo fueron obtenidos de programas de apoyo de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales.
El doctor Huerta Lara informó que la siguiente etapa del proyecto es desplazarse de los traspatios a la milpa, para aprovechar mejor la tierra y cultivar un mayor número de especies vegetales como maíz, frijol, calabaza, tomate milpero, verdolagas y quelites, entre otros.
Se prevé, además, trabajar en sistemas pecuarios para mejorar los hatos de ganado y capacitar a los campesinos en el cuidado de las semillas, para asegurar la sostenibilidad de las milpas.
