Esfera Pública

Por Elías Aguilar /@Elyas_Aguilar

La amenaza que representa Donald Trump para los intereses de México se pretende usar como una oportunidad de recomponer la imagen del presidente Peña Nieto.

Este lunes 6 de febrero vimos en las primeras planas de varios periódicos de circulación nacional el llamado del presidente a la unidad nacional ante los desafíos internos y externos, en el marco de la celebración de los 100 años de la Constitución de 1917.

Me parece que la amenaza de Trump ayudará a recomponer la imagen de Peña Nieto, pero no de forma significativa por las razones que aquí expondré brevemente.

Las oportunidades que el presidente ha tenido para mostrar una postura clara sin ambigüedades no han sido aprovechadas; por el contrario, fueron percibidas como tímidas y poco contundentes.

Por ejemplo, en la visita de Donald Trump durante la campaña presidencial en 2016, Enrique Peña Nieto emitió un mensaje conjunto con aquél y perdió la oportunidad de manifestar de forma clara que México no iba a pagar el muro propuesto por Trump desde su misma campaña, por el contrario se manifestó por el respeto al proceso electoral de aquel país, expresó el agravio del pueblo mexicano por comentarios que se habían dado en la campaña, pero no tuvo un posicionamiento claro respecto del muro, la principal expectativa de los mexicanos en ese momento.

Posteriormente, en el inicio de encuentros oficiales de la delegación mexicana con el gobierno de Trump durante el mes de enero de 2017, el estadunidense expresó su intención de mantener la postura de que el muro lo pague el gobierno mexicano. Como consecuencia, el presidente Peña decidió cancelar su viaje a Estados Unidos como una medida de fijar un posicionamiento más claro respecto al tema del muro, sin embargo, de nueva cuenta los electores mexicanos percibieron una reacción tardía a las agresiones de Donald Trump, como que al presidente Peña Nieto  no le quedaba de otra más que cancelar.

Si tomamos en cuenta estos dos eventos y los ubicamos en la serie de narrativas acerca de la actuación del presidente Peña en estos cuatro años de gobierno, entonces concluiremos que se trata de la personalidad del mandatario: no reacciona de manera rápida, a botepronto, y eso en tiempos de redes sociales significa el suicidio, el desgaste permanente generado por las interpretaciones que el público hace ante la falta de acción, interpretaciones que van desde la incapacidad hasta el temor. Chequen lo que se dice en las redes sociales respecto a nuestro presidente, para verificarlo por ustedes mismos.

Los electores perciben la necesidad de unirnos en contra de la amenaza que representa Donald Trump, es el personaje más odiado y temido por los mexicanos en este momento, es el villano ideal para olvidarnos de nuestras diferencias y fobias internas, sin importar la naturaleza de éstas.

Sin embargo, los mexicanos lo critican no como una respuesta al liderazgo del mexicano, sino como una respuesta a la amenaza de Trump, pese a la percibida pasividad del presidente Peña Nieto.

Recomponer la imagen del presidente supone al menos dos condiciones. Una, cambiar de personalidad, lo cual es casi imposible; nuestro presidente no es bueno en la reacción inmediata, la cual ha sido entendido como incapacidad, por decir lo menos.

Y otra condición es revertir los factores que han deteriorado la figura presidencial, el gasolinazo, los normalistas desaparecidos, el controvertido caso de la casa blanca, el incremento de la inseguridad, la caída del crecimiento económico, la percepción de que la corrupción ha aumentado, además se deberá ver cuál será el resultado de la renegociación del TLC y el controvertido muro trumpista que reclama el pago de los mexicanos. Y esa condición, ¿qué tan probable parece?

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