Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
Hay que reconocer que ciertamente Donald Trump resulta una amenaza real para nuestro país, debido a que basó una buena parte de su campaña en el tema de la recuperación económica de Estados Unidos y su política antimigratoria y racista contra las minorías, principalmente la mexicana.
Sin embargo, también lo real es que los temas del muro en la frontera con México y la política antimexicana han rendido dividendos para la alicaída presidencia de Peña Nieto, quien ha logrado distraer a la opinión pública de los gasolinazos y detener la caída libre de su popularidad.
Los ataques de Trump en contra de nuestro país se incrementaron en el momento en el que el presidente Peña tocaba fondo en las encuestas, luego del gasolinazo aplicado a inicios de año, sus números lo decían todo: sólo 12% de los mexicanos aprobaba su administración, lo cual resultaba dramático.
Para fortuna de Peña, Trump juró como presidente de los Estados Unidos el pasado 20 de enero y desde el primer momento comenzaron los ataques hacia México, lo cual despertó en muchos mexicanos el sentimiento nacional incluso, artistas e intelectuales enviaban mensajes de solidaridad a través de las redes sociales.
Creo que a todos nos queda claro que Donald Trump es un peligro real no sólo para México sino para el mundo, aunque también es justo decir que el asunto no le pudo caer en mejor momento a Enrique Peña para distraer a la opinión pública y también recuperar algo del prestigio perdido.
Partidos políticos, iniciativa privada, iglesias y hasta parte de la sociedad civil ha llamado a la solidaridad y la unidad en torno al presidente, que si sabe aprovechar el entorno puede salir más que beneficiado del asunto.
El siempre bien informado quintacolumnista Mario Alberto Mejía advirtió sobre un posible acuerdo secreto entre Enrique Peña y Donald Trump para que ambos personajes salgan ganando.
Todo, al parecer, tiene lógica. Peña ya logró distraer a la opinión pública y la inconformidad popular, que pedía su salida de Los Pinos; ya impuso a su primo como candidato al gobierno del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, y se apresta para aplicarnos el segundo gasolinazo del año en febrero. La caja china en su máxima expresión.
El problema es que de ser cierta la hipótesis de Mejía –de que todo es un montaje, como así parece ser– será insuficiente el maquillaje aplicado a su administración para mitigar el efecto del segundo gasolinazo y para ganar el Estado de México, lo cual significaría que el PRI podría contender por la Presidencia de la República en 2018.
El escenario luce complicado para el mexiquense porque, por más que los ataques de Trump en contra de México han logrado distraer a la opinión pública, difícilmente lo podrán hacer ahora que se acerca el segundo gasolinazo.
Nada puede el nacionalismo contra el daño que se causa contra los bolsillos de los mexicanos; eso, nada ni nadie lo puede detener.
La única forma en que las cosas se pudieran componer para Enrique Peña y priistas que lo acompañan es que diera marcha atrás en su segundo gasolinazo y mantuviera una postura firme de abierto rechazo a la política xenofóbica aplicada por el presidente estadunidense. Cosa que al parecer ya entendió el presidente al enviar a José Antonio Meade a decir que tal vez no se lleve a cabo.
De otra manera, por más que se hagan llamados a la unidad nacional y por más que Donald Trump represente una amenaza para la soberanía nacional, poco podrá ganar Enrique Peña con este “montaje”. Son otras fuerzas políticas y la organización ciudadana quienes realmente pueden sacar más provecho de esta situación.
Morena y Andrés Manuel López Obrador son lo que mejor capitalizan el tema, y es que El Peje es el único que ha mostrado el carácter y el liderazgo para encarar el tema de los gasolinazos y la amenaza llamada Donald Trump.
