Por Guadalupe Juárez  

Hace ocho días José Antonio Gali Fayad se convirtió en gobernador.

Llega a San Pedro Museo del Arte.

Los presentes callan. No creen que el mandatario se acerque a ellos con tanta familiaridad.

“Ojalá todos los gobernadores fueran así”, suelta un adulto que respondió a la convocatoria para asistir a la primera Feria del Empleo y que pudo conversar con el mandatario.

La euforia por Tony Gali, como es presentado al arribar, es similar a la de su campaña. Sonriente posa para las fotografías con el personal de las empresas. Con alegría saluda a los conocidos, a su equipo y a cualquier persona con la que se cruce.

El pasillo de la fila de estantes repletos de personas que buscan empleo se paraliza.

Gali Fayad recuerda para sí mismo y los presentes que desde hace ocho días es gobernador de Puebla. Habla de sus planes y de los compromisos que está por cumplir.

Insiste en que, aunque hoy se encuentre en la capital, su trabajo estará en los demás municipios.

Aprovecha la inauguración del evento que preside para intercambiar palabras con el alcalde Luis Banck Serrato y con sus secretarios.

Su agenda sigue siendo apretada. Por la tarde se traslada al Centro Integral de Servicios en Angelópolis.Extiende su discurso por más tiempo, pero también cede los reflectores a su esposa Dinorah.

La euforia por Tony Gali aún sigue. Son sus primeros ocho días como gobernador de Puebla.

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