¡¡¡3, 2, 1... Comenzamos!!!
Por Pablo Chávez Meza
Durante la semana pasada, mi tía abuela Godofreda estaba muy hacendosa, limpiaba y limpiaba su cuarto; vi como escogía cosas e incluso llegué a ver su guardadito, que, según ella, nos ayudará, a la familia, en caso de una contingencia económica.
No aguanté la curiosidad y le pregunté qué hacía, a lo que La Sabia me contestó: qué no ves m’hijo, acá buscando cosas que ya no uso pa’regalárselas a mi comadre Eufrasia.
¿Y eso? –la inquirí–. Pues nada m’hijo, que la pobre anda pasando por una mala racha, no tiene ni para comer; con decirte que me ha dicho que sus hijos no la van a visitar y cuando alguno llega a ir es para pedirle algo de dinero.
Por eso –continuó– estoy viendo qué le puedo dar para que lo venda y se haga de algunos centavos para ayudarse. Por unos instantes me quedé pensando en la pobre Eufrasia y lo mal que se portan sus hijos, pero después de un rato me acordé que de sus tres hijos, el mayor –ya pasado los 50 años– está desempleado.
La hija que le sigue,es ama de casa y depende al cien por ciento de su marido, y el tercer hijo anda en Estados Unidos y lleva un buen rato que no saben de él.
Eufrasia es una mujer que quedó viuda y aunque su marido, don Próculo, le dejó casa y algo de dinerito, éste con el paso del tiempo se ha hecho menos.
Eufrasia se suma a la lista de los mexicanos viejos y con problemas económicos, a pesar de que su esposo le dejó dinero, pero no una pensión.
De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) elaborada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), a junio de 2015, en México cerca de 16 millones de mujeres –entre los 18 y 70 años de edad- guardaron dinero en su casa.
Es decir, la gente en el país tiene el hábito del ahorro, pero no es instituciones formales, como pueden ser bancos, cajas populares, uniones de crédito, sino que muchos prefieren poner su dinero debajo del colchón.
Incluso, mucha gente aún tiene la idea de que cuando llegue a la vejez “ya Dios dirá o mis hijos me ayudarán”; si el problema es grave en la gente que no tuvo un trabajo donde le dieran Seguro Social, en aquellos que están bajo el régimen IMSS o ISSSTE no es nada halagüeño, en especial para las nuevas generaciones o aquellos trabajadores que se hayan dado de alta después de julio de 1997.
Y esto porque ellos no tendrán una pensión como tal, sino que dependerán de los recursos de su Administradora de Fondo de Ahorro para el Retiro (Afore).
Hasta la fecha, las personas que están en el régimen IMSS ahorran 6.5% –aportación tripartida, donde el patrón aporta 5.15%; el empleado 1.125% y el gobierno 0.225%-, mientras que la gente que está en el ISSSTE ahorra 11.5%, casi el doble.
El problema, es que estimaciones de especialistas consideran que con estos porcentajes, sobre todo de los trabajadores del régimen IMSS, se jubilarán con a penas 30% de su último salario, es decir, si una persona ganaba 10 mil pesos al mes, al momento de jubilarse, percibirá tres mil pesos mensuales.
José Antonio Llaneza, director general de Principal México, comentó que no existen resultados mágicos, por lo que si las personas quieren ahorrar, deben tener disciplina para llegar a sus metas de largo plazo.
Guillermo Seañez, director comercial de Old Mutual, explicó que existió una generación de mexicanos que no tuvo prevención para la vejez; ellos, dijo, pensaban tuve 12 o 13 hijos y alguno o algunos me ayudarán, pero eso ya pasó.
De ahí la importancia de que la gente piense, en serio, en su futuro.
Mi tía abuela Godofreda, en tanto, sigue buscando qué darle a su comadre y yo, sin querer decirle, su guardadito no creo que sirva de mucho.
El Dato
En México, las personas entre 18 y 44 años de edad, son el segmento de la población que menos ahorra, sólo 34% tiene ese hábito, de acuerdo con cifras de la ENIF.
