Por Guadalupe Juárez  

Han pasado cuatro años desde la inauguración del primer derrotero de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA) y el servicio no ha mejorado.

El cobro mixto y la falta de máquinas para el pleno uso de la tarjeta de prepago en las rutas alimentadoras persiste desde aquel enero de 2013, fecha en la que el entonces gobernador Rafael Moreno Valle inauguraba un tipo de transporte que pondría fin al sistema hombre-camión que había imperado en la zona metropolitana hasta entonces y que apostaba por la administración del sistema a través de un fideicomiso.

Lo anterior permitiría mejorar el servicio, ya que se eliminaba la competencia entre concesionarios de la misma ruta –quienes provocaban “carreritas” entre las unidades y accidentes– al repartir de forma equitativa lo recaudado por los pasajes.

Sin embargo, el transporte articulado –aunque especialistas lo han señalado como la panacea para mejorar la movilidad en las ciudades– se ha alejado del objetivo debido a las deficiencias a las que se enfrentan los pasajeros al trasladarse.

Por ejemplo, si alguien desea trasbordar entre la línea 1 que parte de Tlaxcalancingo a Amozoc y luego de la diagonal Defensores de la República a la terminal Margaritas, paga 15 pesos por utilizar los dos derroteros para un solo viaje; además, debe utilizar dos tarjetas distintas para cada uno de ellos.

“Hay que traer dos tarjetas; (con) el cambio que hicieron apenas con las nuevas tarjetas de nada sirve, porque una es para la línea uno y la nueva para la dos, hay que pagar doble viaje”, lamentó María González, usuaria de este transporte articulado metropolitano.

María ocupa la línea 1 desde el hospital de San Alejandro y luego aborda la segunda línea para llegar a San Ramón;  en un inicio, al desaparecer las rutas que la trasladaban hasta ese punto al sur de la ciudad, aunque contaba con una tarjeta tuvo que adquirir otra –de 12.50 pesos–, por  lo que en esa ocasión pagó 27.50 por viajar en el sistema RUTA.

Sin embargo, en las rutas alimentadoras no siempre cuentan con el dispositivo para las tarjetas de prepago y el viaje lo deben cubrir en efectivo, lo cual aumenta el costo del pasaje si es que se desea utilizar después la troncal, cuyo acceso es sólo con el plástico.

No obstante, el anuncio de la implementación de una tercera línea y la planeación de la cuarta abre la posibilidad de que en esta ocasión ejore el servicio; muestra de ello es la instrucción que les han girado a los conductores de las rutas alimentadoras, la cual consiste en sólo permitir el ascenso y descenso de pasajeros en las paradas autorizadas para el metrobús, las cuales se identifican por la señalética azul.

“Nos van a poner orden, ya nos pusieron cámaras que sí sirven y nos supervisan si cumplimos con las paradas autorizadas, a ver si con eso logramos diferenciarnos de las demás rutas”, confió un conductor de la RUTA a 24 Horas Puebla.

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