Bitácora

Por: Pascal Beltrán del Río / @beltrandelrio

 

Como ha sucedido con otras expresiones del crimen organizado en México, quienes se benefician del robo de combustible han recurrido a la música para instalar en la conciencia colectiva la idea de que ellos son bandidos buenos, individuos que han sido orillados a volverse delincuentes por culpa del gobierno malo y opresor.

O, si usted prefiere, el negocio ilegal de los llamados huachicoleros es ya tan lucrativo que surgen grupos musicales dispuestos a cantar sobre ellos.

Es el caso de Komando 357 y de Nato y los Huachix, dos grupos que tienen canciones sobre el robo de combustible que se pueden escuchar en YouTube.

Huachicolero es el tema del primer conjunto, que celebra así a los ladrones de combustible:

Ya le cantamos a narcos / Ya le cantamos al jefe / Ahora vengo a cantarle / A toditita esta gente / Que se la rifa bonito / Chingando a Pemex, pariente.

Lo dijo mi general /Allá por el 38 / Pemex es de los mexicanos / Entonces es de nosotros / De que se lo chinguen los gringos / Mejor chingamos nosotros.

Recién salido de estudio, Del Triángulo Rojo es interpretado por Nato y Los Huachix:

Yo soy del Triángulo Rojo / Poblano ciento por ciento / Me apodan El Chupador / Y en eso sí estoy de acuerdo / Porque yo chupo los tubos / Para ayudar a mi pueblo.

Por Palmarito y Tuzuapan / Y todo su alrededor / Hay gente muy bravucona / Que del gobierno se cansó / De estar siempre en la miseria / Ahora andan al millón.

Aunque el robo de combustible es una actividad delictiva presente en varias entidades del país, en tiempos recientes se ha concentrado en una zona de Puebla que es conocida como El Triángulo Rojo y está conformada por los municipios de Acajete, Amozoc, Tepeaca, Acatzingo, Los Reyes de Juárez, Quecholac y Palmar de Bravo.

Ese último municipio es el “Palmarito” del que se habla en la canción anterior, mientras Tuzuapan es una comunidad del municipio de Quecholac.

Por esas demarcaciones y otras 13 del estado de Puebla pasa el poliducto México-Minatitlán de Pemex, que tiene casi 600 kilómetros de extensión y está diseñado para transportar hasta 55 mil barriles de combustible al día.

De acuerdo con datos oficiales de la empresa, entre 2009 y 2016, las tomas clandestinas en el llamado Triángulo Rojo pasaron de 20 a 675.

Durante el mismo lapso, el monto de combustible sustraído en dicho ducto ascendió a cerca de 1.5 millones de barriles.

A nivel nacional, Petróleos Mexicanos reportó el año pasado una ordeña de 23 mil barriles diarios, lo que representaba una ganancia de 21 mil millones de pesos anuales.

Entre enero de 2007 y julio del año pasado, Pemex había presentado 17 mil 700 denuncias ante la PGR por tomas utilizadas para el robo de combustible de las cuales 84% corresponden a esta administración (Excélsior, 28/XII/2016).

Las enormes ganancias que genera la venta de gasolina robada –que incluso se realiza a través de las redes sociales, como ha llegado a detectarse– han convertido a una parte del estado de Puebla en territorio sin ley.

Apenas el domingo pasado, un grupo de desconocidos se vio involucrado en un incidente con un convoy del Ejército Mexicano que patrullaba la zona de alta incidencia de ordeña.

Los hechos ocurrieron en la comunidad de Cuesta Blanca, municipio de Palmar de Bravo.

De acuerdo con la versión de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, los soldados sorprendieron a tres camionetas en las que viajaban presuntos huachicoleros. Al intentar detenerlas, se produjo una colisión que sacó del camino un vehículo de transporte castrense, que se volcó dejando ocho militares heridos.

Aunque no existió una balacera entre ambos grupos, como originalmente se dijo, los hechos demuestran el total desparpajo con el que actúan los delincuentes en la zona, en la que han sido infiltradas policías municipales por parte de las bandas e incluso han sido asesinados o heridos agentes estatales y federales asignados a investigar los hechos.

Mientras sube la violencia en la zona, el combustible robado se anuncia en Facebook y los trovadores de los criminales cantan en YouTube.

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