La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam
Poco a poco, Andrés Manuel López Obrador está demostrando de qué está hecho.
Primero empezó a jalar a los canallitas de toda la vida: los Barbosa, los Ímaz, los Mario Delgado.
Luego se puso el maquillaje de Salinas Pliego a través de Esteban Moctezuma Barragán.
A su tren se empezaron a subir vividores de todos los colores: los Maurer, los Espinosa, las Rosas Salvajes.
Hoy, sin el menor recato, ya le pidieron a René Bejarano, “El Señor de las Ligas”, que llame a la unidad de la izquierda en el Estado de México.
Así lo dio a conocer el diario Reforma:
“René Bejarano, líder del Movimiento Nacional por la Esperanza, llamó a los dirigentes de los partidos de izquierda a formar una coalición en el Estado de México para derrotar al PRI en las elecciones del 4 de junio.
“En conferencia de prensa en Toluca, el perredista afirmó que el escenario político que impera rumbo a la elección favorece a la coalición que encabeza el PRI y que, con varios candidatos de Oposición, el voto se fragmentaría”.
¿No tenían otro personaje menos desacreditado para llamar a una alianza con Morena?
¿Ése es el auténtico perfil de la nueva república que quiere impulsar López Obrador?
A su paso por Puebla, Juan Carlos Monedero, uno de los líderes morales de Podemos —la gran revelación en la España partidista—, dejó en claro que el movimiento de López Obrador no puede ser considerado una alternativa al sistema actual de gobierno por la sencilla razón de que no surge de un movimiento social, sino de los intereses de particulares.
Muy cierto.
¿Quiénes son esos particulares, además de López Obrador?
Los mismos de siempre: los Bejarano, los Monreal, los Ímaz.
Y todas esas ratas que empiezan a pasar de un barco a otro.
Son, en esencia, los profesionales de las trapacerías.
Dos Trascendidos
Que Nacho Mier podría ser el candidato de Morena a la gubernatura.
¿Será?
El célebre abogado Antonio Enrique Teutle, director de Participación Social del humillado Ayuntamiento de San Pedro Cholula, no representa más al Ayuntamiento de Coronango en el tema de la controversia constitucional por el tema del agua.
Fue dado de baja fulminantemente porque se le considera un simple esbirro de José Juan Espinosa, el payaso de las cachetadas que cobra como alcalde del cada vez más risible Ayuntamiento de San Pedro.