Los Guisantes de Mendel
Por Victor Florencio Ramírez Cabrera
La tecnología, los costos y la política parecen alinearse para cambiar el esquema con el que opera el modelo energético de México. Las dos primeras siempre tienden a ir de la mano, la tercera suele ser una traba, pero ahora no. Con esto, se genera un nuevo y mejor esquema energético, que tenderá a una transición a energías limpias y renovables.
Los problemas que tiene la transición en el marco de la reforma energética son dos:
- Una pésima comunicación de parte del gobierno y una disposición, no mejor, de parte de la población para entender que significa la reforma energética.
- La banalizacion que los mexicanos le damos al asunto de energías renovables, producto esto del dogma revolucionario del país petrolero.
Pero si en petróleo fuimos potencia en algún tiempo del siglo y década pasados, en energías renovables tenemos uno de los potenciales más grandes del mundo, que ahora ha dejado de estar limitado y prácticamente cualquiera lo puede aprovechar.
Hasta el año 2013, solo el Estado o alguien asociado a ellos por contratos de enormes flujos energéticos y de capital, podían generar energía.
La Reforma Energética con sus leyes de la Industria Eléctrica y de Transición Energética, abrieron la opción de que todo el que lea esto (y los que no lo lean también) podrán generar energía y venderla al sistema eléctrico nacional.
En ese sentido, hace unos días la Comisión Reguladora de Energía publicó las modalidades en que podremos vender esta energía, siempre que no tengamos más de 500 kilowatts (kw) de capacidad de generación instalada.
¿Como se come esto? Muy fácil:
Seguramente usted conoce los paneles solares.
Estos paneles son capaces de transformar la energía del sol en energía eléctrica. Su instalación antes de la reforma solo tenía dos ventajas limitadas: generar el total o parte de la energía que consume en un tiempo determinado y compensar cuando consumieron más con lo que generaban de más en otro momento. Pero si al final de un periodo de un año se generaba más de lo que se consumía, el excedente se perdía, iba como regalo para el Estado.
Ahora se podrán vender estos excedentes a la red. ¿Cuál puede ser la diferencia práctica? No poca.
Cuando volteamos a ver a países de primer mundo encontramos que en Alemania, por ejemplo, el 75 por ciento de sus granjas generan su propia energía.
¿Por que fue eso posible? Si, por un asunto de responsabilidad ambiental, pero también porque su modelo le permitía tener ingresos extra por la venta de energía, lo que significa que instalar paneles significaba tener más ingresos, sin cambiar la actividad productiva original a la que se dedicaban.
La publicación de los nuevos modelos de interconexión significan abrir ese mercado en México, que los excedentes de generación por techos solares no se pierdan y que todos podamos usar nuestro techo para tener ingresos.
Y es aquí donde nace además un modelo de desarrollo económico: la energía solar fotovoltaica es, además de muy barata, la que más empleos genera. La masificación de instalaciones de generación distribuida en la industria significa le creación de miles de empleos. Tan solo California generó unos 100,000 empleos con este modelo.
Es tiempo de cambiar el paradigma energético, dejar de ver a papá gobierno como el gran operador, al petróleo como dogma de nacionalismo y entender que, ahora, se empieza a democratizar la energía y a diferencia del engaño de que PEMEX era nuestro, ahora si, nuestros sistemas de generación son nuestros.
Telómeros. Los desastres naturales se evitan con prevención. Hace medio año, Xaltepec, en Huauchinango, sufrió de una tragedia, alimentada mayormente por cerros deforestados. El municipio tiene mucho de eso y desde hace décadas. Ayer, el Gobierno Municipal instaló la cereza en el pastel de un proyecto largamente anhelado: instaurar el cultivo y aprovechamiento de café de altura en zonas que tienen dos problemas severos: pobreza y deforestación. Ahora la gente no sólo evitará deslaves, y estará más segura, sino que tendrá un mejor ingreso y calidad de vida.
