Miguel Barbosa, alguien debe pagar

Luis Miguel Barbosa Huerta está pagando con creces su traición. Aunque legalmente tiene todo amarrado, la estrategia de su defenestración en el Senado está orquestada por los duros del perredismo y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, quien no le perdona que primero lo haya hecho creer que apoyaría sus aspiraciones presidenciales y ahora lo deja solo a su propia suerte. Nueva Izquierda, por su parte, encontró el pretexto perfecto para deshacerse de un indeseable y, de paso, el morenogalicismo se frota las manos para apoderarse, ahora sí, del PRD en Puebla. ¿Será?

 

Democracia estilo ranchero

José Juan Espinosa Torres se presume como un político abierto a la crítica. Pero a nosotros nos bastó una sola experiencia para comprobar que su máxima debería ser: hágase la transparencia en los bueyes de mi compadre. Mire que utilizar a uno de sus empleados para hacer una timorata defensa por la sospechosa asignación de obras por 27.4 millones de pesos a dos desconocidos y no tener siquiera el tino de conceder una entrevista habla mucho de la madera democrática de ese gobierno, asumido en las siglas de Morena. ¿Será?

 

Que no panda el cúnico

El dirigente estatal del PRI, Jorge Charbel Estefan Chidiac, tuvo que salir a negar el posible éxodo de cuadros priistas al partido de Andrés Manuel López Obrador. A decir del también diputado federal, el caso, por ejemplo, de Javier López Zavala no le preocupa pese a los acercamientos documentados que ha tenido con el tabasqueño. El líder del tricolor, de hecho, minimizó las declaraciones del ex secretario de Gobernación estatal Carlos Meza Viveros, de que se esperaba una auténtica desbanda hacia Morena. Eso no ocurrirá, dice, y está convencido que así sucederá. Al tiempo. ¿Será?

 

El irónico fracaso

Prometieron un dream team de intelectuales, actores, periodistas y activistas. Al final no llegó nadie. Las calles de Puebla fueron testigos de una maltrecha marcha para exigir la liberación de los presos políticos: cinco integrantes de la UPVA 28 de Octubre, algunos acusados de narcomenudeo, y dos marinistas. Salieron a protestar los mismos de siempre, un reducido y penoso grupo de activistas con más pena que gloria. La raquítica capacidad de movilización demuestra su auténtica fortaleza ideológica, su oportunismo y su evidente fracaso en causas terribles que usufructúan para sus propios intereses. ¿Será?

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