Por: Luis Pavón / @pavonlui

No es una zona de guerra pero ver tanta seguridad te provoca esa sensación.

De día y de noche, ejército, marina, policía federal, policía estatal y municipal patrullan, recorren y vigilan la costera de Acapulco.

La violencia no cesa en el puerto y el tianguis turístico está próximo a celebrarse, del 27 al 30 de marzo. Una situación que preocupa al gobierno federal. Espero que también al estatal y municipal.

Digo “espero” porque al gobernador Héctor Astudillo le obsesiona más que se hable bien de Acapulco, quiere que se evite exponer los problemas de inseguridad.

Recuerde que en abril del año pasado, pidió a los medios locales un “pacto de silencio” ante los hechos de violencia.

Pero como estará la cosa que el 13 de marzo pasado, el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, reconoció que preocupa la situación de violencia que se ha generado en los últimos días en Acapulco.

Explicó que la preocupación es porque el visitante que irá al evento (Tianguis turístico) no sabe si los sucesos se dan en la zona turística del Puerto o en lugares más alejados.
Acapulco fue señalado varios años como la ciudad mayor tasa de homicidios en todo el país por el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia Penal, encabezado por José Antonio Ortega.
¿Pero qué le pasó a Acapulco?. Al “glamuroso” Acapulco, hoy en plena decadencia.

La violencia, pero también la falta de modernización en su infraestructura hotelera han contribuido.

La ruidosa y seductora costera hoy luce triste. Los hoteles se ven viejos. La inseguridad pasó factura a los comercios, muchos no aguantaron el cobro del “derecho de piso” que les exigían los criminales. Decenas de locales no solo están cerrados, han sido abandonados.

“Se renta” y “Se vende” abundan en una avenida donde tener un comercio era sinónimo de éxito seguro.

"Don Agustín Lara enamoró a María Félix en la playa de Caleta, que forma parte del Acapulco tradicional, esa playa maravillosa" me dijo Hilario Estrada, un acapulqueño de cepa.

Y sí. Han pasado muchos años desde que Agustín Lara le cantó a Acapulco como un lugar mágico para enamorarse.

En los años 60´s y 70´s se dio una época en la que famosos de todas partes buscaban refugio en este paraíso del pacífico y lo llenaron de “glamour”, el cual se apagó.

Sin embargo, la violencia y la decadencia del puerto no ha sido factor para que siga siendo una de las bahías más hermosas del mundo.

Un escenario natural utilizado para la filmación de muchas películas, y alguna vez, residencia de famosos artistas, que en su momento hicieron de Acapulco un destino turístico de clase mundial.

Llegó a ser el sitio predilecto de John Wayne, Cary Grant, entre otros.

Y es que el mar de Acapulco seduce, enamora. Durante años fue el paraíso natural para recién casados.

Presidentes estadounidenses como Nixon, Eisenhower, Clinton, Kennedy pasaron varias vacaciones, su luna de miel en Acapulco.

Su declive se dio en los años 80´s. El surgimiento de nuevos destinos vacacionales, contribuyeron a que Acapulco dejara de ser la "joya" turística de México.

Antes de la inseguridad, ya resentía el efecto de la competencia. Acapulco logró sobrevivir gracias al turismo nacional, principalmente el de la Ciudad de México.

Las 370 ejecuciones que hubo en 2010 y los 795 asesinados en 2011, contribuyeron a que los turistas mexicanos también se alejaron de Acapulco, temerosos de la inseguridad.

El sector hotelero vivió su peor año, apenas alcanzó el 30 por ciento de ocupación.

La cámara de comercio indica que las extorsiones en Acapulco provocaron el cierre de mil 500 comercios.

Una situación que también ha alejado a los springbreakers y los cruceros redujeron sus visitas.

En 2015, los empresarios se mostraban optimistas: las cosas empezaron a mejorar, el puerto que mantiene al estado a resurgir.

Pero la noche del domingo 24 de abril de 2016 se volvieron a encender las alarmas.

Dos balaceras en plena costera, el sitio más vigilado irrumpieron la tranquilidad que decían había regresado al puerto.

La policía federal informó que fue un ataque al edificio costera 125, donde tienen sus oficinas. Sin embargo, el inmueble no presentó ni un solo impacto.

El que salió dañado fue un hotel que se ubica en contraesquina de la base policiaca.

Esos acontecimientos agudizaron la crisis de inseguridad en el puerto.

La vida nocturna, uno de sus mayores atractivos se vio trastocada.

Las calles de Acapulco se empezaron a quedar desiertas a partir de las 9 de la noche. La bullanguera costera se veía triste, los pocos bares que subsisten en la zona de la playa Condesa lucían y lucen vacíos.

El tradicional tianguis turístico salió de Acapulco. Las autoridades federales rechazaron que fuera por la inseguridad.

Este año, dentro de una semana, del 27 al 30, se realizará nuevamente.

La apuesta es que Acapulco regrese a ser el destino turístico por excelencia. Ese puerto que durante décadas ha encantado, maravillado y enamorado a miles de personas.

En Acapulco sueñan con volver a ser el paraíso dorado del pacífico, lleno de glamour y fama mundial.

¿Están los empresarios dispuestos a modernizarse? ¿Querrán recuperar su infraestructura en decadencia?.

Hoy Acapulco se divide en 3 zonas: tradicional, dorado y diamante, esta última a donde se han trasladado las actividades, congresos, diversión.

Pero la gran incógnita es ¿podrá Acapulco recuperar algún día la tranquilidad? Las autoridades dicen que todo está bajo control, que hay seguridad y vigilancia en un lugar donde todos los días la nota roja sigue siendo de primera plana.

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