Sin documentos que acrediten su experiencia, los jóvenes repatriados se enfrentan a un nuevo reto en sus tierras: la búsqueda de un empleo

Por: Berenice Martínez

El calvario no termina para los migrantes deportados de Estados Unidos, como lo han podido constatar jóvenes indígenas de la comunidad San Mateo Ozolco, población ubicada a las faldas del volcán Popocatépetl.

De la localidad con sólo dos mil 713 habitantes, perteneciente al municipio Calpan, más del 70 por ciento de la población joven que migró hacia Filadelfia apenas terminó la preparatoria.

La mayor dificultad a la que se enfrentan quienes regresan a su comunidad de origen es precisamente encontrar empleo o emprender un negocio, puesto que regresan “en ceros”.

“La mano de obra está devaluada, por eso la gente se va a Estados Unidos, porque allá empiezan como lavaplatos y terminan siendo chefs. Aquí empiezan como lavaplatos y lo siguen siendo por unos diez años más”, lamenta el habitante Alejandro Jiménez Meneses.

Tampoco los repatriados pueden comprobar la experiencia laboral que adquirieron en el país vecino, por su condición de ilegal.

Por ejemplo, en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos, la mayoría de los jóvenes migrantes de San Mateo Ozolco sobresalen como chefs, pero al volver, su trabajo no es valorado.

Es decir, todo lo que crearon allá se pierde cuando regresan a su localidad “porque aquí no importa que cocinen bien, trabajen bien o le echen ganas, aquí lo que importa es que el trabajo sea más barato”.

Por ello, un grupo de nueve jóvenes deportados y otros hijos de migrantes, conformaron el colectivo Música entre Volcanes que trabaja para crear proyectos y oportunidades para los repatriados de Ozolco.

“El principal problema de los retornados es que no encuentran oportunidades, entonces por eso nos reunimos y sentimos que trabajando como equipo podríamos ayudarnos”, narra Jiménez.

Pero el miedo también ronda las calles por donde los migrantes de San Mateo transitan, en Filadelfia, donde ya no pueden salir a bailes, hacer sus compras sin temor a ser detenidos y deportados.

“Todos los del colectivo tenemos familiares y nos comentan que ellos, como ven el futuro aquí en México no les da ganas de regresar”, comentó el integrante del colectivo.

Por ello, para promover los lazos y vínculos entre familias, el colectivo Música entre Volcanes realizará el próximo 29 de abril a partir de las 11 horas un festival de música, gastronomía y artesanías.

La actividad tendrá lugar en las afueras de Ozolco, muy cerca del volcán Popocatépetl e Iztaccíhuatl, con 15 bandas de rock, pulque, nieves de maíz azul, rojo y amarrillo cultivado en la misma comunidad.

Algunos productos de San Mateo son comercializados en la Ciudad de México, Puebla, Guadalajara y Monterrey, y en pequeñas cantidades hacia Estados Unidos por el costo y los intermediarios.

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