El ex edil afirma que ampliará un amparo para que el 25 de abril le resuelvan si hubo inconsistencias o no en su proceso de inhabilitación; mientras, El Yunque llora en silencio por su “príncipe” caído

Por: Guadalupe Juárez

Foto: José Castañares Agencia Es Imagen

Eduardo Rivera Pérez mantiene una sonrisa. Saluda a los medios de comunicación que buscan alguna reacción en su rostro sobre el dictamen que lo inhabilita por 12 años para ser funcionario público.

Sus colaboradores ligados a El Yunque lo rodean como si se tratara de una celebridad, son los únicos que le aplauden mientras él recorre el Zócalo de Puebla de la mano de su esposa Liliana Ortiz para ofrecer una conferencia de prensa. Son los únicos que sostienen cartulinas fluorescentes que muestran su apoyo. Son los únicos que intentan que el ex munícipe se destape a la gubernatura.

Lalo Rivera sigue sonriendo. Evita que cualquier gesto de preocupación se dibuje en su rostro.

“Atendí puntualmente cada llamado de la Auditoría Superior del Estado, entregué y solventé a tiempo cada uno de los señalamientos y estoy tranquilo y seguro de que saldré adelante, mi mayor soporte es mi administración honesta, la ley y la verdad”, suelta.

Rivera Pérez afirma que violan sus derechos humanos y que, de ser posible, recurrirá a la SCJN para defenderse, por lo pronto, ampliará un amparo para que el 25 de abril le resuelvan si hubo inconsistencias o no en su proceso.

Evita que a pesar de arremeter con el ex gobernador Rafael Moreno Valle se le note algún gesto desencajado o de enfado. Cualquier expresión o reacción a las preguntas se convierte en sonrisas para las cámaras fotográficas y de video.

“La sociedad conocerá el rostro de los que lejos de cumplir con su deber sirven a un represor a cambio de beneficios como notarías y ambiciones futuras como puestos políticos”, arremete.

Pero las sombras pesan y después de que los reporteros se dispersan, Rivera Pérez muestra un rostro serio y de hastío por tantas preguntas, por repetir lo mismo que al parecer planeaba que fuera su única respuesta ante todos los cuestionamientos.

“Les aseguro que no me van a quitar del camino, no me voy a dejar y no me van robar”, repite el panista cuyo único cobijo es un mensaje en la red de 140 caracteres del dirigente nacional del albiazul, Ricardo Anaya Cortés.

El apoyo lo hace valiente y admite que su proceso mancha la campaña de la candidata a la gubernatura al Estado de México, Josefina Vázquez Mota, pero asegura que no va a dejar su delegación, pues cuenta con el respaldo del CEN del albiazul.

Y El Yunque llora en silencio con sonrisas para las fotos.

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