Crónicas del Tercer Piso
Por: Alejandro Bonilla Garduño / @AlexBonillaG
La resaca apenas inicia para las y los veracruzanos.
Después de la huida de Javier Duarte, los veracruzanos pensaban, ilusamente, que todo lo malo había tomado un vuelo rumbo a Coatzacoalcos.
Nada más falso.
Todos los días, en cualquier sitio del Estado, se escucha el vox populi de los excesos de Javier Duarte, su esposa y su séquito de ladrones, mismo que ni en la peor tragicomedia mexicana pudieron ser retratados.
Que si Duarte pagaba cuentas de más de un millón de pesos en restaurante de la zona conurbada Veracruz – Boca del Rio acompañado de vino tinto Petrus; si Duarte encargaba cangrejos de Kamchatka (también conocidos como centollo de Alaska) directo al Aeropuerto Heriberto Jara, vivos, faltaba más.
Mucho, mucho se habla de los excesos de Duarte y su esposa. La realidad tomó por sorpresa a los jarochos el pasado sábado.
También las teorías de conspiración, mismas que acompañan éste tipo de acciones.
Hoy Javidú se encuentra en una cárcel de alta seguridad en nuestro vecino del sur. Sí, ese país tercermundista, mayoritariamente indígena (que tiene a una ex Vice Presidenta en la misma cárcel). Muchas dudas se encuentran en el aire jarocho y nacional.
El Gobernador del Estado, Miguel Ángel Yunes se encuentra ante una oportunidad histórica, pues si bien él no logró la captura de Duarte, sí fue el quien destapó la coladera por el que salió todo el estiércol que dejo el quizá, peor (y más ladrón) gobernador en varias décadas de nuestro país.
Es Miyuli (parece tradición jarocha buscar la manera de nombrar a sus gobernadores usando sus iniciales, al menos los últimos sexenios), junto con el Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortíz, quienes tienen en sus manos coadyuvar con la Procuraduría General de la República (PGR) para que, primero, elaboren un expediente ejemplar y meticuloso con todas las pruebas que incriminen al regordete ex gobernador y con ello, regrese a territorio nacional lo más pronto posible y se enfrente (ojalá) ante el Estado mexicano y responda, con la cárcel, al menos, por todas las tropelías que hizo en este aguantador Estado.
Que no haya perdón también para su esposa, de ser responsable.
La Fiscalía General del Estado de Veracruz se ha encontrado a la altura de las circunstancias, en éste y otros de los muchos asuntos a los que se ha enfrentado.
No se puede solucionar un caos como lo es el Estado de Veracruz en unos pocos meses.
La Fiscalía y su titular, Jorge Winckler Ortíz han estado a la altura, aunque muchos de los que antes maiceaban se dediquen a vociferar en contra y no abonen en difundir las diferencias entre el actual Fiscal y el “Fisculin” (el Ex Fiscal General del Estado, Luis Ángel Bravo).
El tiempo dirá si la PGR y el Presidente Peña Nieto realmente tienen voluntad política para hacer que Javier Duarte, su esposa y varias decenas de cómplices, pisen la cárcel –y les quiten los bienes- y se mantengan el tiempo suficiente en la cárcel.
Tal vez el resto de sus vidas.
Miguel Ángel Yunes Linares se ve sonriente en la Parroquia 200 años.
No es para menos.
Jorge Winckler Ortíz se nota extasiado ante semejante oportunidad de terminar de darle el empujón a Duarte.
Los veracruzanos esperan, en vísperas de una elección intensa, que así sea.
