
Una trayectoria de 18 años en Puebla Comunicaciones, la producción de Puebla en la hora nacional y diversos premios evidencian su constancia
Por Berenice Martínez
Gloria Mejía, desde el periodismo, y luego con la producción de radio, pudo innovar y romper barreras. Todo comenzó en el DIF estatal con un programa de inclusión para personas con discapacidad.
Prepara su segundo libro y su programa cumple 10 años al aire en Puebla FM, su aventura comenzó para promover la cultura de respeto e inclusión social de las personas.
En charla con 24 Horas Puebla, Mejía comparte su experiencia tras el micrófono como formadora de conciencia y respeto en su audiencia por las diferencias con Sin Barreras.
¿Cómo comenzó esta aventura por la inclusión social?
Tengo 18 años laborando en Puebla Comunicaciones, antes Sicom, entonces se me da la oportunidad –era reportera de noticiero– de ser productora; soy la que produce Puebla en la Hora Nacional desde hace 11 años.
Entra una veda electoral y sacan los programas que tienen que ver con gobierno y me dicen que debo crear un nuevo programa para ocupar ese espacio que teníamos del DIF. Ya había ganado un premio nacional con un programa que abordaba temas de personas de la tercera edad.
Soy de innovación, en todos mis programas, con excepción de La Hora Nacional, siempre trato de que sea un programa que nadie tenga y no ser común, del montón, pues.
Mi programa fue ganador a nivel nacional, obtuve el premio Principios, se llamaba Añoranzas, era una hora dedicada a las personas de la tercera edad, pero más que dedicado a ellos, la meta era fomentar esa cultura de respeto.
¿Cuáles han sido los retos en estos 10 años?
Mis coconductores tienen discapacidad, desde hace 10 años han pasado por Sin Barreras diferentes actores que tienen alguna discapacidad; ya sea motriz, visual y nada más, porque auditiva es una de las discapacidades que no pueden estar en radio, es muy difícil.
Pero los he incluido, he tocado temas de discapacidad auditiva, cuando los incluyo siempre llevo a un intérprete que a través de señas traduce, les da a conocer mis preguntas y ellos responden.
Vengo de una familia donde mis padres tienen grandes valores, con nosotros había personas del aseo que tenían discapacidad, entonces me doy cuenta que a mi mamá la discriminaban mucho por tener personas a su servicio con alguna discapacidad.
En ese momento empiezo a buscar temas sobre la discapacidad y me doy cuenta que nadie hablaba de ello, a excepción del 3 de diciembre que mundialmente se conmemora y sólo ese día los toman en cuenta.
¿A eso te enfrentaste en ese momento?
Sí, fue un gran reto, era un tema no tocado; inclusive me dijeron: “sólo lo que dure la veda electoral”, sin embargo, demostré que ese programa podía dar para mucho más, que éramos innovadores, que estábamos empezando a incluir en Puebla la cultura del respeto.
Justo en ese momento me dan una hora los viernes y me quedo con el programa. Ser un medio de comunicación te pone de reto hacer conciencia en la gente. Lo que pretendo es hacer justo esa conciencia de inclusión, que no demos limosna, ayudemos y fomentemos el respeto.
Todos tienen una gran capacidad, empecé a ver la enorme capacidad dentro de la discapacidad, no es una enfermedad ni mucho menos, es una circunstancia de vida que a cualquiera le puede suceder.
¿Crees que ha cambiado la forma de pensar de la gente, que hay una cultura de respeto?
Todavía falta mucho, apenas el año pasado han empezado a abordar temas de inclusión, creo que todavía nos falta mucho, sobre todo porque cada viernes hay que poner el lenguaje correcto para nosotros.
En mi programa corrijo que no se dice “capacidades diferentes” y en todos los medios de comunicación escucho que hablan de capacidad diferente, ¡Mentira! Eso es discriminante, ¿es una capacidad diferente a la mía? No.
Yo también tengo una capacidad diferente, soy poeta. Todos tenemos una capacidad diferente, entonces no tenemos porqué marcarlos así y cada vez se están dando las condiciones a nivel nacional para que los gobiernos puedan ser incluyentes.
En 2014, cuando Tony Gali era presidente municipal, instauró un premio que se llamó Compromiso por la Inclusión de las Personas con Discapacidad “María Eugenia Antúnez Farrugia” y era dárselo a empresarios, organizaciones civiles y a medios de comunicación que promovieran la inclusión.
Sin Barreras se llevó la mención especial en 2014 y eso hizo visible mi programa. He venido batallando, siempre digo que el programa tenía discapacidad cuando nació, entonces digo que soy sus ojos, su voz, sus oídos, sus manos y sus pies y ha ido avanzado, creciendo y me ha costado muchísimo mantenerlo.
Por eso, estos 10 años los celebro con enorme gusto porque pese a todo, como haya nacido, hemos dado un paso, Sin Barreras tiene un auditorio que no necesariamente tiene discapacidad. Es un público que entra para aprender a ver la discapacidad con otros ojos.

¿Cuál es el término adecuado para este sector de la población?
Primero hay que concientizar que no es una enfermedad, la discapacidad es una circunstancia de vida, en segundo lugar a ellos ya nadie les va a cambiar el nombre: “persona con discapacidad auditiva, motriz, niño o señor con discapacidad visual”. Obviamente primero es persona, su nombre y el resto es una circunstancia de vida.
No somos ajenos, ellos no padecen una discapacidad porque no la sufren. Se enfrentan a algo diferente a nosotros, porque no estamos capacitados todavía para pertenecer a ese mundo. Ellos se tienen que adaptar a nosotros pero a nosotros nos cuesta mucho adaptarnos a ellos.
Cada vez hay más rampas, edificios que los incluyen, hace 10 años apenas empezaban a poner los rieles para la discapacidad visual pero están mal puestos y mal hechos porque nunca les preguntan cómo deben de ir. Hay que tomarlos en cuenta, ponernos en su silla de ruedas, bastones.
Lo importante no es ponernos en sus zapatos pero sí en un aparato que tengan, con el que ellos vivan y puedas sentir lo que es una discapacidad. Nosotros tenemos discapacidad temporal por alguna fractura, es cuando te das cuenta lo mal que estamos.
¿Cómo compaginas esta labor con la poesía, la poesía erótica? Que por cierto tienes publicado un libro.
Sí, tengo publicado un libro y otro que estoy para dárselo a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) o buscar alguna otra universidad. La pasión que tengo es la radio, por eso soy la productora de Puebla en La Hora Nacional, para mí la radio es lo más maravilloso que me ha pasado en la vida.
Soy muy apasionada, es compaginar la pasión que traigo de por sí, la meto en mi trabajo y en mis horas libres escribo poesía. Tengo publicado un libro que se llama Con la luna en el ombligo y otro que está por salir que se llama Tango con olor a lluvia.
Pero mi pasión es la radio, es poder ayudar, servir, yo vine a este mundo a servir. A poder ayudar a las personas que en este caso tienen una discapacidad y poder ayudar a concientizar y poner mi granito de arena. Tener un micrófono en la mano más que un reto o un privilegio para mí es hacer conciencia.
Gloria Mejía lo único que hace es ser la voz, los oídos, las manos y los pies de ellos.
¿Has logrado hacer tu propio nombre?
Desde hace algunos años Gloria Mejía tiene un nombre, un peso y por supuesto que sí me costó, pero Gloria Mejía tiene tres premios nacionales, cuatro estatales y uno municipal. En Puebla tengo 18 años y ya tengo perfectamente hecho mi nombre, soy más inclinada a los temas sociales.
El programa radiofónico Sin Barreras se trasmite todos los viernes de 11:00 a 12:00 horas en Puebla FM, sin interrupciones a excepción de los días de guardar, ni siquiera cuando hay veda electoral me sacan porque no hablo de los gobiernos. Estoy dentro del gobierno pero son temas sociales.
