Pese a la ilegalidad y el nulo control de calidad de la gasolina robada, en Puebla taxistas y conductores de Uber recurren a ella
Por Guadalupe Juárez
La facilidad con la que pueden comprar gasolina robada a un precio más bajo que las estaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) ha llevado a taxistas y conductores de Uber a utilizarla para obtener más ingresos al día.
Los primeros aprovechan que la empresa americana no es tan estricta en el cruce de viajes, los ingresos obtenidos y la cantidad de combustible utilizado para ello, por lo que socios de esta plataforma móvil llenan los tanques con huachicol sin rendir cuentas a nadie.
“Entre nosotros nos pasamos el tip de dónde podemos comprar la gasolina, son unos centavos extras ahora que está complicado, lo único que hacemos es comprar de vez en cuando en las gasolineras para que nos den facturas, y con eso ya cumplimos con los requisitos de la empresa, no creo que les importe si utilizamos o no gasolina robada”, dice un conductor de cuyo nombre no debemos acordarnos, al igual que el de los otros testimonios.
Un viaje más. Otro conductor también reconoce que sus compañeros recurren a comprar Magna y Premium con los huachicoleros.
No obstante, el conductor dice no saber de qué forma la consiguen, pues prefiere evitar la tentación y que no por ahorrar ahora en combustible para obtener más ingresos para su familia después deba juntar dinero para su fianza si es detenido, como le ha pasado a otros choferes de la transnacional.
“Lo barato sale caro, prefiero evitar la tentación que pasar cuatro días en la cárcel como mi compadre, quien tuvo que pagar 15 mil de multa para salir, más los gastos en recuperar su automóvil. Me han dicho quién de los mismos compañeros la trae, pero no les pregunto, así me evito muchos problemas”, comparte el conductos de un Mazda último modelo que presta el servicio a través de esta aplicación móvil.
La venta de combustible se ha vuelto un tema de conversación entre los usuarios que suelen utilizar este servicio privado para trasladarse por la capital poblana y los mismos conductores.
“La otra vez un conductor me contó que estaba estudiando y trabajando, y que le convenía más comprar gasolina robada y combinarla con la de la gasolinera para que le rinda, así obtenía más dinero para la universidad”, compartió Guadalupe, usuario frecuente de esta plataforma.
Opiniones divididas
Los taxistas dicen tener más oportunidad para utilizar el combustible robado al trabajar por su cuenta, aunque las opiniones sobre sus beneficios al usarlo se dividen.
“En las propias centrales hay alguien que nos vende, no te voy a decir en cuál, pero entre nosotros nos pasamos dónde y con quién conseguirla. Sobre todo ahora con el gasolinazo, fue cuando más recurrimos a ellos, nos representan más ganancias”, relata don Marco, quien lleva 15 años dedicado a este oficio.
Mientras un grupo asevera que usarlo daña el motor y prefiere evitarlo para ahorrar composturas y visitas al taller mecánico, unos más afirman que sus unidades siguen intactas y continúan adquiriendo estos galones a bajo precio.
“No les recomiendo a los compañeros que lo utilicen, friega el motor y al rato anda fallando. Luego sale más caro el caldo que las albóndigas, mi mecánico me dijo que mejor la legal (gasolina)”, opina el chofer.
Los taxistas que han comprado este combustible extraído de manera ilegal de los ductos de Pemex, concluyen que no temen ser detenidos, porque –consideran– sólo toman “lo que como mexicanos nos corresponde”, coinciden.
“Ahorro” de mil pesos
Si se toman en cuenta los precios de la Magna, Premium y diésel fijados ayer en la ciudad de Puebla en 15.71, 17.44 y 16.66 pesos, comprar 100 litros de cualquiera de estos combustibles significa un gasto de más de mil 500 pesos, cuando con los huachicoleros consiguen –refieren los entrevistados– la misma cantidad de combustible por 500 pesos, lo que significa una inversión dos veces menor que comprarlo de manera legal.
La forma de tener acceso al combustible robado se ha diversificado. Algunos viajan a municipios como Huixcolotla, Palmar de Bravo, Acatzingo y Amozoc para comprar galones que trasladan en las cajuelas de sus automóviles.
Algunos más recurren a personas que se dedican a venderlo ya en la ciudad de Puebla, como ha documentado 24 Horas Puebla, a través de talleres mecánicos que comercializan los galones de gasolina robada o de vecinos en colonias al norte de la ciudad, quienes por las noches utilizan camiones de carga y construcción para desplazar los bidones que contienen el combustible hurtado.
Las redes sociales también se han convertido en la plataforma de venta para los ladrones de gasolina, pues a través de grupos cerrados en Facebook como “Huachicoleros Puebla” y “Puros Huachicoleros”, los miembros pueden “pedir” los galones a quienes los ofrecen y “verse en un punto intermedio” para su entrega, según han consignado medios nacionales.
Los detenidos
Este año las autoridades federales han detenido unidades de Uber por transportar combustible de procedencia ilícita.
Por ejemplo, en febrero la Policía Federal detuvo a un conductor de un automóvil Ford entre los límites de Amozoc y Tepeaca –municipios pertenecientes a la franja de robo de combustible– con garrafones con 190 litros de gasolina.
En marzo, con 120 litros de gasolina robada contenida en bidones fue detenido el conductor de un Volkswagen Vento perteneciente a la empresa estadounidense en la carretera Puebla-Tehuacán en Tepeaca.
Y hace apenas una semana autoridades federales dieron a conocer la detención de un taxi Nissan de igual forma en la autopista Puebla-Tehuacán con 10 galones de 20 litros de gasolina robada.
Las sanciones
La ley en materia de hidrocarburos a nivel nacional establece que las personas que compren, vendan, almacenen y comercialicen el combustible sustraído de forma ilegal sean sancionadas dependiendo de la cantidad con la que sean detenidas, en una cantidad menor a los 300 litros, pueden ser castigadas con dos a cuatro años de prisión y una multa equivalente a 160 mil pesos a 320 mil pesos.
El castigo más grave en este sentido se origina cuando una persona es encontrada con una cantidad igual o mayor a los dos mil litros, puesto que será merecedora de una pena de 10 a 15 años de prisión y a una multa de entre 800 mil 400 y un millón 200 mil 600 pesos.


