La Entrega

Por Adrián Ruíz /[email protected]

La captura del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, puso en alerta a más de uno en el país. La interrogante que esperamos los mexicanos que conteste el gobierno federal es ¿hasta dónde llegará el asunto? Y es que el meollo del asunto no es que pague por lo que se robó. Lo importante es que revele y denuncié a todos los involucrados.

El gobierno federal atenta contra la inteligencia de los mexicanos. Nadie cree que de pronto lo atraparon cuando intentaba salir de Guatemala. Por qué no dicen que todo el tiempo sabían dónde se localizaba. Debido a que lo tenían vigilado antes de pedir licencia como gobernador.

También resulta inverosímil que declaren que no hicieron la detención en tiempo y forma para beneficiarse en los próximos comicios electorales del Estado de México. Por supuesto que si alguien resulta beneficiado es el PRI, partido que hiede a muerto desde hace años.

La fortuna obtenida del erario público de 4 mil millones de pesos, sirvió para salpicar a quienes lo protegieron antes y después de su huida. En Puebla hay vestigios de parte del inmenso capital. Algunos de manera inteligente prefirieron no entrarle al lavado de dinero propuesto por sus cómplices y colaboradores.

Sin duda la tentación fue grande tan grande como el capital que obtendrían por los servicios solicitados. De acuerdo con gente de un despacho contable que confió a la Entrega, fueron contactados por gente cercana a Javier Duarte, cuándo andaba prófugo de la justicia.

Por razones obvias y sobre todo por amistad la identidad de todos no será revelada. Hace aproximadamente 4 meses. Un lunes al empezar las labores del despacho, llegaron al despacho contable 4 individuos. En esos momentos el titular no había llegado por lo que fueron atendidos por el segundo de a bordo.

Sin perder tiempo preguntaron por el responsable del despacho contable. Al informarles que no estaba, pidieron le llamaron de manera urgente porque tenían un negocio millonario que le convenía.

Luego de una llamada telefónica llegó en 15 minutos a la oficina dónde lo esperaba la cuarteta de individuos. Entraron a su privado y le propusieron que mediante facturas ajustará una cantidad superior a los 100 millones de pesos. El 25 por ciento de la cantidad total sería para él.

Por supuesto le exigieron que todo se manejaría con absoluta discreción de ambas partes. Y después de la negociación ningún tipo de relación o encuentro volverían a tener. La oferta por supuesta lucía atractiva porque en poco tiempo le dejaría una utilidad superior a los 30 millones de pesos.

Pero el riesgo también era mayúsculo porque conocía la procedencia del dinero y para quien trabajaban quienes le propusieron el negocio. Para tentar su ambición le dijeron que si hacía bien las cosas no sería el primero ni el único que harían.

Antes de dar una respuesta le comunicaron que le darían 2 horas para pensarlo y regresarían. Al llegar el plazo se presentaron de nueva cuenta en el despacho contable para recibir un no definitivo. A pesar de que aumentaron al 35% la comisión y elevaron la cantidad a facturar.

El grupo del ex gobernador de Veracruz, se retiró del lugar pero buscaron a otros contadores en Puebla. La encomienda era “limpiar” el mayor capital posible.

El “lavado” del capital es apenas una hebra minúscula de la podrida madeja que envuelve a Javier Duarte. Y que buscó en Puebla tejer parte de la telaraña. También al estado poblano llegaron “medicinas” del grupo Medical del Sureste, aquel que vendió sueros de agua para tratamiento de cáncer en niños y que en Veracruz fueron suministrados.

Por ello será importante conocer la declaración que haga en los próximos días Javier Duarte. Pero también si el gobierno federal está dispuesto a revelar a detalle todas las anomalías en las que incurrió como gobernador. Y si está dispuesto a delatar a sus cómplices o si cargará con toda la responsabilidad. Nadie puede actuar solo para robar 4 mil millones de pesos.

Reporte del Informante

Viacrucis de Semana Santa. El peregrinar de Francisco Castillo Montemayor, para recobrar su libertad, luego de ganar el amparo federal de arraigo domiciliario, empezó a las 10 de la mañana del jueves Santo. Después de que le entregaron la orden de parte del juez, salió al filo de las 3 de la madrugada del viernes Santo.

Con la orden de libertad en la mano su abogado se dirigió a la secretaría de seguridad pública, para pedir lo sacarán del CERESO de San Miguel. La respuesta fue que no era posible porque la orden no había llegado al correo electrónico.

Los mandaron a la policía estatal para verificar si ya tenían órdenes para dejarlo en libertad. También la respuesta fue negativa. Después del largo peregrinar en dependencias y con autoridades, le dieron luz verde cunado Castillo Montemayor pensaba que lo dejaría encerrado el largo periodo vacacional.

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