Las Serpientes

Por Ricardo Morales Sánchez /@riva_leo

De manera “milagrosa” las cosas se comenzaron a enderezar en nuestro país, después de un inicio bastante turbulento con el gasolinazo aplicado por el gobierno federal a inicios de año, el cual –nos dijeron– que iba a ser el único en todo el año.

Afortunadamente, para los que vivimos en México, se cruzan las elecciones que habrá en tres entidades: Coahuila, Nayarit y Edomex, todas ellas vitales para la sobrevivencia del PRI, el partido en el poder, que se apresta para enfrentar las elecciones federales del próximo año, en donde tendrá que renovarse la Presidencia de la República.

Nadie puede negar que gracias a este ingrediente, por ejemplo, se logró la detención el pasado sábado del personaje más odiado en este momento: el villano favorito, Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de Veracruz, quien fue localizado en Guatemala por la PGR y con la ayuda de la Interpol de ese país.

El “milagro” ocurrió de manera muy “oportuna” para el gobierno federal de Enrique Peña Nieto, el cual se juega el todo por el todo en la elección a la cual mandó a su propio primo, Alfredo del Mazo Maza, como candidato,.

El triunfo del PRI en el Estado de México, lo hemos dicho una y otra vez, no le garantiza nada al tricolor rumbo a 2018 pero le da un ligero respiro y aliento a la administración peñista sumida en los escándalos de corrupción y en las pésimas decisiones de Estado.

La detención de Duarte y El Chapo, por parte de la administración peñista, deben ser vistas desde la misma óptica: el intento de la administración federal por tratar de recuperar el prestigio perdido y desperdiciado.

Nada de lo que ocurre en nuestro país es fortuito, todo está perfectamente bien calculado, al pueblo “pan y circo”, reza la máxima. Otro ejemplo es la “caja china” genialmente retratada en la película La Dictadura Perfecta.

Puede que la detención del ex gobernador, Javier Duarte de Ochoa haya sido un buen trabajo por parte de la justicia mexicana, pero nadie puede negar que este “golpe” tiene un efecto que ayuda al PRI en la elección del Estado de México.

Lo mismo ocurrió con el segundo gasolinazo que ya no se aplicó en febrero, como se había anunciado; fue defendido con uñas y dientes por parte de la administración federal, que nos dijo, hasta el cansancio, que el incremento se debió al aumento de los precios internacionales del combustible y el dólar.

También, hablando de la divisa estadounidense está igual que la gasolina, ya no se ha incrementado en lo que va del año e incluso ha tenido una tendencia a la baja, lo cual debe ser un síntoma de preocupación, pues permite inferir que el gobierno federal ha estado especulando con la economía del país; de la misma manera con sus principales variables.

Si a ello se agrega la salida de Agustín Cartens del Banco de México, la especulación, que es deporte nacional de nuestro país, está más que justificada: alguien juega con la economía mexicana y es claro el tinte político-electoral de las medidas, aunque aún no sabemos o nadie nos dice cuáles serán las repercusiones.

Sí, benditas elecciones, porque al menos artificialmente han detenido el deterioro de la economía nacional, pero como presumo en esta columna hay una contención artificial, la cruda realidad nos puede destrozar en cualquier momento.

En tanto, el PRI busca desesperadamente aferrarse a algún tipo de esperanza... aunque muchos dan por hecho que ganará el Estado de México, lo cierto es que en todas las encuestas queda más que claro que Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, crecen y crecen.

Aún perdiendo la elección en el Estado de México, para Morena, quedar en segundo lugar es un paso más rumbo a Los Pinos.

Hace casi tres años, Morena por primera vez vio la luz como partido político y la marca ya es la segunda mejor posicionada detrás del PAN, sumado a lo que trae el propio Andrés Manuel hace que sean el rival a vencer para el próximo año.

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