
La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam
Cuentan que el video de Juan Carlos Lastiri en el que aparece como un Ironman en posición de arranque fue producido, con todo y faltas de ortografía, por la firma Sostén, de Rosario Robles —su jefa en la SEDATU.
Una fuente cercana al citado Ironman reveló que Sostén es quien le hará la precampaña y la campaña a quien ha roto todos los récords del mundo.
Y no nos referimos a récords ligados a las carreras de alto rendimiento, sino a los que tienen que ver con desvío de recursos públicos y lindezas por el estilo.
En efecto: Lastiri es un Ironman porque pasa más días en Puebla que en su oficina de subsecretario de la SEDATU.
Y más:
Porque los programas sociales que tendrían que ser canalizados en todo el país son usados para generar la percepción de que ama a su patria chica (Zacatlán) y el estado que lo vio nacer.
Con esos récords nadie puede competirle.
Un Marinista en el Cereso
Don Ignacio de la Torre —homónimo del polémico yerno de Porfirio Díaz— ha vuelto a este espacio después de varios años de ausencia.
Un día de hace muchos inviernos me envió un primer comentario que publiqué de inmediato porque tenía dos atributos visibles: buena prosa y buena información.
Así se inició una relación epistolar —vía internet— que le dio al hipócrita lector una muy buena serie de columnas.
Sin embargo, un día, don Ignacio desapareció sin haberlo conocido personalmente.
Nunca supe si mi cambio de correo afectó la relación o si algo en su vida se había movido de lugar.
Lo cierto es que desaparecieron su prosa y su información.
Hace unas horas, de pronto, me topé con él de nuevo.
Es decir: con su escritura.
Al leerlo, reconocí al Ignacio de la Torre que se había ido hace algún tiempo.
Comparto con el hipócrita lector las líneas que me acaba de enviar y que retrata a un hombre culto e informado.
Demasiado informado.
Y es que su mensaje llegó a un correo de reciente creación.
Siempre he tenido la duda sobre su verdadera personalidad.
¿Quién es, qué hace, a qué se dedica?
Seguramente nunca resolveré esas dudas.
No importa.
Con don Ignacio se cumple a cabalidad el sueño del poeta Antonio Machado, quien buscaba pasar a la historia por sus versos y no por él mismo.
Y vaya que lo logró.
He aquí, pues, lo que don Ignacio me envió:
¿Qué tiene de especial Carlos Taboada Villanueva, el nuevo director del Cereso de Puebla?
¿Qué hay de particular?
¿Quién lo apadrina?
¿Quién está detrás, de frente o al lado del nuevo funcionario estatal?
¿Por qué carece de relevancia que el nuevo funcionario de primer nivel cumpla con el perfil profesional que establece la norma?
Hasta hoy, en todos los discursos oficiales del país se pone mucho énfasis en que ningún servidor público puede estar por encima de la ley.
Y es por eso, precisamente, que llama la atención que alguien que no está titulado —y que no cumple con el perfil profesional establecido en el Reglamento para Centros de Reinserción Social, lo que contraviene el código penal promulgado apenas el 31 de marzo del 2017—se pase por el arco del triunfo leyes y reglamentos que se supone están vigentes para todos los mortales.
Por cierto: Taboada Villanueva es tan marinista como Alejandro Armenta y Juan Carlos Lastiri.
De ese tamaño son también sus compromisos.
