Esfera pública
Por: Elías Aguilar García
Vean lo que quieren los mexiquenses: nueve de cada 10 están a favor de que cambie el partido que los gobierna, ocho de cada 10 son anti priistas (dicho de otra forma, votarían por cualquier partido menos por el PRI); ocho de cada 10 desaprueban el desempeño del presidente Enrique Peña Nieto y seis de cada 10 desaprueban el desempeño de Eruviel Ávila como gobernador.
Todos estos indicadores señalan deseo de cambio en la elección de gobernador y el candidato priista Alfredo del Mazo resulta más una víctima que el responsable del enojo de la ciudadanía.
Este escenario de cambio no se puede entender sin analizar y, por supuesto, comprender la transformación que ha ocurrido en la estructura de medios de nuestro país, es decir, la forma como los mexicanos nos informamos y tomamos conciencia acerca de la realidad social que nos circunda.
Aunque la televisión aún representa el medio que tiene la mayor penetración en el país –de acuerdo al INEGI, 94% de los hogares en México cuentan con al menos un televisor (pueden revisar el cuadro en http://bit.ly/1fHlB8w)–, la penetración de los smartphone –telefonía móvil con internet– ha tenido un crecimiento vertiginoso: pasó de 51% de usuarios de teléfonos móviles en 2014 a 88% en 2017, de acuerdo con TheCompetitiveIntelligenceUnit: http://bit.ly/2rvCeSX. Eso quiere decir que el consenso televisivo, que hace tan sólo cuatro años se podía tener, ahora es disputado o puesto a prueba por las redes sociales, como Whatsapp o Facebook por ejemplificar, que muestran diversas voces y visiones, por lo general opuestas a la versión oficial de las noticias del día que impera en la televisión.
Esta nueva realidad mediática hace que aquellos que están informados por la televisión tengan un pensamiento y una opinión concordantes con las versiones oficiales y que quienes se informan vía plataformas digitales estén más de acuerdo con las versiones que disienten del discurso oficial, que en el caso de Edomex alinea el de la Presidencia de la República con el del gobierno estatal, en manos del PRI.
Por esa realidad es que un encuesta que tome como marco de muestreo sólo a las personas que se encuentran en sus viviendas estará sesgada por omitir a más de la mitad de los electores, que son quienes pasan más de 12 horas al día fuera de casa: estudiantes, empleados, amas de casa trabajadoras, pequeños propietarios y profesionistas. Ellos están en contacto a través de redes sociales y expuestos a las versiones digitales.
En el Estado de México he realizado cuatro encuestas cara a cara tomando en cuenta esta nueva realidad mediática, levantando una muestra de 60 secciones electorales en vivienda, y 60 secciones electorales en puntos de afluencia pública. Ojo: no en la vía pública, más bien en paradas de autobuses, centros comerciales, parques, escuelas, con la aplicación de un intervalo de selección que el fin de aleatorizar la selección de los entrevistados. En los cuatro casos el escenario es favorable a Delfina Gómez, de Morena, con una ventaja que va de siete a 11 puntos.

En una semana constataremos este escenario que significa una distancia de al menos 600 mil votos, entre ganador y segundo lugar, favorable a Delfina Gómez. Noten que ella enfatizó su comunicación de campaña por redes sociales; los medios tradicionales generalmente han estado en contra de su candidatura desde el inicio de la contienda.
