Las Serpientes

Por Ricardo Morales Sánchez / [email protected]

Simpatice uno o no con José Antonio Gali, lo que nadie puede negar es que el gobernador de Puebla ha tenido el valor para enfrentar lo que desde hace ocho años nadie se atrevió hacer: el robo de combustible con todas sus consecuencias.

Para Gali Fayad hubiera sido fácil hacerse de la vista gorda y dejar pasar el problema, bajo la premisa de que sólo estará 22 meses al mando de las decisiones en el estado.

Tony Gali optó por la decisión más difícil, hacer frente al crimen organizado y dar la batalla con el apoyo del gobierno federal y Ejército Mexicano, con todo lo que ello implica.

Tampoco se puede satanizar a las comunidades como Palmarito, junta auxiliar de Quecholac, abandonada por décadas y condenada al atraso y la marginación.

A nadie debe sorprender que Tochapan sea considerada el punto más peligroso de la entidad, pues desde el sexenio de Melquiades Morales Flores nadie se atrevía a poner un pie en esa comunidad, “ni el Ejército mexicano entraba”, comentaban los pobladores.

La gente se ha visto obligada a vivir de las actividades ilícitas, miles de veces más lucrativas que la migración a los grandes centros urbanos o a Estados Unidos.

Desde hace tiempo advertimos que los mal llamados huachicoleros se habían convertido en una especie de héroes rurales, de Robin Hood modernos que ayudaban a las comunidades en todas sus necesidades y, por lo mismo, tenían su respeto y protección.

Lo que debe quedar en claro y debe ponderarse es la voluntad y valor que Gali Fayad le ha puesto al tema y la firmeza que ha mostrado al no dar un paso atrás en la lucha que se ha dado por recuperar la zona del llamado Triángulo Rojo.

Mal haría si no lo hiciera y sería objeto de críticas de todo tipo de sus detractores por no hacer frente al problema que no sólo implica el robo de combustible, sino el tráfico de drogas, armas, personas, etcétera.
Entonces lo acusaría de haber cerrado los ojos al problema, o incluso ser cómplice de los grupos de delincuencia organizada que operan en el país.

No coincido con  El Teacher Joaquín López Doriga, quien la semana pasada en su espacio de Radio Fórmula afirmaba que en Puebla no había gobernador. Para nada. Al contrario, sí hay y con muchos tamaños.

Ahora Gali Fayad en su lucha merece y necesita el respaldo de la sociedad, para evitar que Puebla se vea invadida por la delincuencia organizada, como sucedió en otros estados  como Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León, Michoacán, Jalisco, Guerrero y Veracruz.

 

PEPE CHEDRAUI, VA CON TODO

El aún líder del PRI en el municipio de Puebla, José Chedraui Budib ha dejado constancia de su trabajo pero también de su crecimiento político que se ve reflejado en un importante capital político.

Pepe es el segundo priista mejor posicionado y conocido en la capital, por encima de personajes como Juan Carlos Lastiri, quien sacia sus apetitos en Tehuacán y las delegaciones federales, y Víctor Manuel Giorgana, quien ha sido dos veces diputado local, dos veces líder del Congreso y ahora diputado federal y coordinador de la bancada poblana.

El líder del Comité Municipal del PRI se apresta para dejar esta posición, pero no sin antes presentar su informe de labores y tapizar la ciudad de Puebla con la pinta de más de mil bardas en la capital.

Pepe es, hoy por hoy, después de Enrique Doger Guerrero, el priista más conocido en la capital y sin haber sido ni delegado ni funcionario federal ni alcalde y mucho menos gobernador.

No en balde muchos priistas hoy ven a Pepe como el personaje en el cual el PRI puede comenzar a trabajar para su reconstrucción en Puebla.

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