Con su nuevo disco Lo niego todo, el español intenta corregir la caricatura que se ha hecho de sus excesos

Por: Álvaro Ramírez Velasco

Fotos: Cortesía Sony Music México

CIUDAD DE MÉXICO. Claridoso y desenfadado, con cerveza en mano a las 10 de la mañana y recién levantado de la cama, Joaquín Ramón Martínez Sabina charla con reporteros, en una conferencia de prensa que toma matices de cátedra política y clase de poesía, de simpáticos relatos y contundentes descripciones, en la que el cantautor español recomienda a los mexicanos, con cierto sabor a crítica: “ustedes deberían dar infinitamente más la cara contra  (Donald) Trump”.

Del muro, ni qué decir, dice Sabina que “sí tengo una opinión clara y precisa sobre el muro: mi opinión es que se lo metan por el culo”.

En un hotel de Polanco, ese en el que siempre hace parada cuando está en la capital del país, el creador de Y sin embargo, que este domingo comienza conciertos en el Auditorio Nacional habla de su más reciente disco Lo niego todo, en el que rechaza que se haya redimido, sino que se burla de sí mismo.

El álbum, que contiene canciones de reflexión, en las que mira al retrovisor de sus andanzas a sus 68 años apenas cumplidos en febrero, pareciera un intento de resarcirse de la leyenda del Profeta del Vicio. Pero aclara que no es así.

“Es un ejercicio cínico de burlarse de uno mismo y también de burlarse de los miedos de uno mismo. Pero también es un modo de corregir esa caricatura tan excesiva de tío que va por la calle fumando mariguana y mirándoles el culo a las chicas, que fue muy excesiva y a la que tal vez yo colaboré un poco por el tipo de temas de mis canciones porque siempre fui un bocazas y nunca me escondí de nadie.

“Pero todas las cosas que niego, incluso la verdad, la mayoría son tópicos que me han puesto los periodistas. Por ejemplo, llego a Chile un día y veo en un periódico: ‘Llega a Chile el Profeta del Vicio; ¡no, por favor, me sobrevaloran!”.

De poesía y canciones

El flaco de Úbeda (en Jaén, provincia de la comunidad autónoma de Andalucía), como en pocas ocasiones, se adentra en las definiciones de su oficio, su arte, la poesía y las canciones, de las diferencias y coincidencias entre una y las otras.

“Un poema no es una buena letra de canción siempre; sólo lo es, cuando está sometido a esas fajas que son las estrofas y los estribillos y tal. Yo creo que escribo mejor letras de canciones que poesía, aunque lo he intentado mucho con la poesía, pero creo que mis canciones tienen más poesía que cuando publico poesía como tal, pero son canciones no son poemas musicados”.

Y se reconoce, casi a sus 69 años, como un cursi: “a mí el 69 me parece un número bellísimo, no el de edad… Yo he sido siempre cursi y sentimental como una peluquera de extrarradio, siempre”.

El legendario andaluz reconoce que ha encontrado en México uno de los primeros países que visitó fuera de España hace cuatro décadas, al principio de su carrera –término que por cierto no le gusta–, una inspiración especial.

“A mí no me gusta llamarle carrera a esto que hago. En cuanto a mi oficio, creo que la canción tradicional mexicana, la ranchera, y José Alfredo Jiménez como autor, y mi comadre Chavela Vargas como intérprete, han estado siempre dentro de mi corazón y mi trabajo. Incluso en este disco vuelve a haber una canción que bebe de esos sonidos mexicanos, que se llama Postdata”.

La diferencias, peores

Ante la situación actual en el mundo, con populismo y políticas neoliberales, Joaquín Sabina –quien estará en el Auditorio Metropolitano de Puebla el 25 de mayo– ofrece entonces lo que, en cualquier universidad del mundo, sería muy bien valorado como una cátedra de política y sociedad.

La situación (actual) no es mejor. Es diferente para mal. Creo que estas cosas que están pasando (en el mundo), estas políticas neoliberales que han hecho que 30% de la población, fragmentos muy grandes, tanto en los países más ricos como en otros no tan ricos, y fundamentalmente los jóvenes, se estén quedando fuera del sistema y estén optando por Trumps o por Brexit… de programas populistas, que significan soluciones simples para gente desinformada y problemas complejos, no creo que estemos mejor. Yo estoy más asustado que nunca.

“Y creo que aquí en México, ustedes deberían dar infinitamente más la cara contra Trump”, suelta con certeza.

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