Mientras fundadores del Sol Azteca en Puebla desestiman la salida del senador Barbosa, Rendón, miembro de la corriente FNS, ve como un hecho su ascenso a presidente estatal del partido

 

Por Mario Galeana  

Julián Rendón Tapia, integrante de la corriente Foro Nuevo Sol (FNS), se perfila para ser el próximo dirigente del PRD en Puebla.

La corriente Frente Izquierda Progresista (FIP), que a través de Luis Miguel Barbosa Huerta controló por décadas cada órgano en el partido, ha quedado sin cabeza tras la renuncia de su líder, y la actual dirigente estatal del sol azteca, Socorro Quezada Tiempo, se ha quedado sin motor de fuerza.

Fundadores del partido en Puebla, reconvertidos comunistas, aseguran que la salida del vicecoordinador del PT-Morena en el Senado no deja una ausencia muy grande.

“No, es falso que el FIP tenga 40 mil gentes, como dicen. Asegurar eso es una simulación”, dicen José Guadalupe Sánchez y Arturo Coyotzi González, añejos militantes del PRD. El primero es consejero estatal y el segundo delegado en la Mixteca poblana.

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ÁNGEL FLORES
ÁNGEL FLORES

Ambos reconocen la posibilidad de que en noviembre de este año, cuando se renueve la titularidad del Comité Ejecutivo Estatal (CEE), tomen el control del partido las corrientes FNS, Nueva Izquierda y Galileos, afines a una eventual alianza con el PAN en 2018.

El diputado Julián Rendón Tapia no lo ve como una probabilidad, sino como un hecho ineludible.

“Hay todas las condiciones para que yo sea el próximo dirigente: tengo varios años de militancia y el respaldo de un buen número de militantes. Es cosa de cabildearlo con otros compañeros”, dice al otro lado del teléfono.

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—¿Por qué cree entonces que la dirigente Socorro Quezada se quedó en el partido, en lugar de acompañar a Barbosa? —se le pregunta.

—Por el dinero. Porque todos ellos siguen cobrando del partido.

 

Entre Morena y PAN

Es un caluroso martes 30 de mayo. José Guadalupe Sánchez, Arturo Coyotzi González y Jorge Luis Ramírez, todos ellos ex militantes del Partido Comunista Mexicano (PCM) y fundadores del PRD, ofrecen una conferencia de prensa a un costado del Zócalo de Puebla para pedirle a Juan Zepeda, candidato perredista en el Estado de México, que decline a favor de Delfina Gómez, abanderada por Morena en aquella entidad.

A la conferencia asisten pocos, casi nadie: apenas dos reporteros. El poder de convocatoria de los fundadores perredistas se ha reducido a eso.

Todos ellos reconocen, un tanto acongojados, que la extinción del PRD es posible. Aunque no se cansan de repetir que los militantes “aún nos sentimos muy vivos en el partido”.

“Hay dos posibilidades: una, que (Rafael) Moreno Valle se quede con el partido. O dos, que nos reformemos y que retomemos los principios. También está la posibilidad de que muchos se vayan a Morena”, dice Sánchez.

Sí. El forcejeo entre las corrientes del PRD ha sido eso: ir con la izquierda o con la derecha.

En la última jornada electoral, el bloque a favor de la alianza con las izquierdas logró imponer mayoría en el Consejo Estatal, y evitó una alianza con el PAN. Pero de eso hace ya un año, y el partido poco logró: apenas 80 mil votos en todo el estado.

Por eso mismo, la aún presidenta estatal Socorro Quezada Tiempo ha dicho que buscará ser la impulsora de una alianza entre su partido y Morena, donde ya hacen campaña Barbosa Huerta y Eric Cotoñeto Carmona, líder regional del FIP.

Pero en el bloque cercano a una eventual alianza con el PAN, nadie cree que Quezada Tiempo tenga el arrastre suficiente para conseguir algo en los próximos meses.

“Socorro se va en noviembre, porque así está definido. Aún no hay convocatoria, pero un consejo electivo podría definir al próximo dirigente. En el último de los casos, tendría que elegirse una dirigencia provisional”, asegura Rendón Tapia.

Y las tribus del PRD iniciarán, otra vez, su inacabable reyerta.

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