Oportunismo ramplón
Ricardo Anaya Cortés, dirigente nacional del PAN, se montó del enfrentamiento entre huachicoleros y el Ejército Mexicano. El panista dio su respaldo a la administración de José Antonio Gali Fayad y aprovechó para tundirle al gobierno federal. El líder del albiazul sale al encuentro en este tema en medio de una revuelta que vive al interior de su casa por decidir montarse de la estructura de su partido para fortalecer sus aspiraciones presidenciales. Obviamente, el panista anda más preocupado por temas de Puebla que por los de su propio partido, a tal grado que dicen ya hizo ojo de hormiga con los spots en radio y televisión que iba a compartir. ¿Será?
El poder y la autoridad
En redes sociales se junta lo divertido, lo interesante y lo execrable. Esto último pasó el fin de semana, cuando muchos festejaron que el gobierno del estado haya sido exhibido por el tema de los huachicoleros. Resulta no sólo lamentable sino condenable tal postura debido a que es precisamente una autoridad estatal la que está dispuesta a ir a fondo en el problema, pese a que se trata de un delito federal. Así como lo lee. No se trata de un asunto local sino federal. Ah, y la principal afectada, Pemex, mantiene un silencio sospechoso. ¿Será?
Morena y la mezquindad
Andrés Manuel López Obrador asegura que la estrategia de combate contra los huachicoleros es equivocada y pide no mandar más elementos del Ejército a Puebla. Lo que no dice es que su bancada en San Lázaro simplemente se abstuvo de apoyar la iniciativa que endurece las penas contra el robo, comercialización y compra de hidrocarburos. No votaron en contra, pero el simple hecho de abstenerse es lo mismo: no hacer nada para combatir el problema. Tampoco presentaron una alternativa de solución y mejor prefirieron criticar el alza de penas como una medida poco viable. ¿Será?
Israel Pacheco, al ataque
Cobijado ahora por el subsecretario federal Juan Carlos Lastiri Quirós, el inefable ex dirigente sindical del Ayuntamiento de Puebla, Israel Pacheco Velázquez, reactivó las manifestaciones para supuestamente presionar a las autoridades a que lo liberen. Ayer hubo una nueva protesta, luego de que la anterior resultara un auténtico fracaso y, lo peor, pusieran en riesgo la vida de una persona que se cosió los labios para entrar en huelga de hambre. Lo que Pacheco Velázquez no sabe es que por más que grite, chille o patalee no será puesto en libertad. ¿Será?
