Aunque los Zetas y el Cártel Jalisco nueva generación protagonizan la lucha entre grupos criminales del corredor huachicolero, hay más bandas pequeñas involucradas
Por Guadalupe Juárez
En Puebla, Los Zetas y el Cártel Jalisco Nueva Generación son los cárteles que se encuentran en pugna por el control de la extracción y comercialización ilegal de hidrocarburo a través de dos células: Los Bukanas, cuyo líder es Roberto de los Santos, a quien también conocen como El Z, Antonio Martínez Fuentes El Toñín. Ambos se encuentran prófugos.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), ambos grupos delictivos son los responsables de la violencia en los seis municipios con mayor robo de combustible, pues se disputan los ductos del lugar. En la entidad, reconocieron las autoridades, hay otras células, aunque con menos fortaleza pero también identificadas.
“Hay una investigación que lleva la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), ellos son los que ya tienen identificadas a las cabecillas de los grupos que roban combustible (...) Lamentablemente sí hemos registrado enfrentamientos entre bandas contrarias”, aseguraron los integrantes del Gabinete de Seguridad que encabezan los secretarios General de Gobierno, Diódoro Carrasco; de Seguridad Pública, Jesús Morales y el fiscal General, Víctor Carrancá, en conferencia de prensa.
El Bukanas
Oriundo de Veracruz, Roberto de los Santos de Jesús se refugió en La Encrucijada, en Palmar de Bravo. Ahí, en uno de los bastiones del robo de combustible, instaló un autolavado que serviría de fachada para su centro de operaciones como líder huachicolero.
Su historia, difundida por el periódico El Universal, señala el miedo al que sometía a los pobladores, quienes lo describen en todo momento como una persona violenta al grado de despojarlos hasta de sus viviendas.
Mujeres, siempre acompañado de mujeres. Fiestas con el menor pretexto, armas, alcohol y drogas al por mayor. Así describen el día a día de la cabecilla de Los Bukanas, quien arribaba a la localidad en un Corvette amarillo. El silencio se hacía a su paso. Pero su supremacía en el lugar lo hacía una persona desconfiada.
Al menos así se podría interpretar, pues El Z, antes policía en Veracruz y luego miembro del cártel del mismo nombre, vivía rodeado de sicarios uniformados con ropa militar, a quienes había reclutado en su estado y en la misma localidad. Además de que mantenía escondidos en huecos del patio de su autolavado chalecos antibalas, armas de grueso calibre y granadas.
Las huellas de su presencia siguen en el lugar. Los impactos de balas del enfrentamiento con el Ejército y la Policía Estatal siguen ahí. Al igual que el miedo, al igual que los recuerdos de quienes convivieron con él. “Chuleaba a nuestras mujeres”, dicen aquellos que no olvidarán a El Bukanas, integrante del crimen organizado, líder de una de las células que mantiene la disputa por el territorio donde corren las venas de Petróleos Mexicanos.
El Toñín y el cártel
Al perder el control El Bukanas, el Cártel Jalisco Nueva Generación, con Antonio Martínez Fuentes, desplazó a su grupo. Los ductos le pertenecieron, pero en lugar de infundir miedo, optaron por otra estrategia: la de ganarse la confianza de la comunidad donde se refugiaron.
Según n informe del Gabinete de Seguridad Nacional, difundido por Milenio Diario, la organización criminal primero intentó obtener poder político y el respaldo de los pobladores de la región de forma que pudieron operar sin restricción alguna.
El informe apunta que el Cártel Jalisco Nueva Generación buscó desprestigiar, a través de una campaña mediática basada en una serie de videos que muestran la supuesta agresión de un militar hacia un civil, a las Fuerzas Armadas tras un operativo realizado el pasado 3 de mayo en Palmarito Tochapan, junta auxiliar de Quecholac, tal como lo reveló el director de esta casa editorial, Mario Alberto Mejía.
“El objetivo es ejercer presión para que personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se retire de la zona y que los delincuentes continúen sus actividades sin problema”, explica el texto.
