Crónicas del Tercer Piso

Por Alejandro Bonilla Garduño /@AlexBonillaG

A la distancia leo y escucho diversos medios de Puebla y sólo me viene a la cabeza una cosa: ¡alguien quiere ser candidato del PRI a la gubernatura del estado (pasa exactamente lo mismo para los suspirantes a la Presidencia de la República)!

A menos, y pensando mal, que esos y esas suspirantes tengan acuerdos turbios en “lo oscurito” (jamás pasa eso en México).

¿Lastiri candidato del PRI? El chiste se cuenta solo.

Pero no sólo en el PRI, todos los partidos (y los independientes) comienzan a sacar sus valientes que, sabiendo que probablemente no llegarán, mueven sus cartas por despachos de gobierno, delegaciones, diputaciones y cosas así (ninguna despreciable, claro).

En este ejercicio de imaginación, soltaré nombres al azar: (por el PRI) Javier López Zavala, Enrique Doger (o el que se deje), Juan Carlos Lastiri, Blanca Alcalá; (por el PAN): Javier Lozano, Martha Erika Alonso, Luis Banck, Jorge Aguilar Chedraui; (por el PRD o Morena) Miguel Barbosa; (por Morena) José Juan Espinosa (si sale vivo de sus desmadritos), Rodrigo Abdala y una larga lista de etcéteras independientes (si es que les cierran las puertas de sus partidos): Ana Teresa Aranda, el vilipendiado de Lalo Rivera y otros más.

Más los que se acumulen.

Los suspirantes a Casa Puebla abundan. Muchos se quieren subir al tren y sin duda, muchos más se bajaran según la epidemia de la “encuestitis”.

Pero ¿y Puebla? Desde el sufrido estado de Veracruz escucho cómo muchos hablan de lo “bien y cambiada que está Puebla”, pero me pone a pensar cuando veo la presencia militar en la zona del triángulo rojo; cuando personas cercanas a mí han sufrido los estragos de la delincuencia y muchos asuntos más que pareciera, los candidatos no se dan o no se quieren dar cuenta.

¡Son increíbles los mítines llenos de acarreados... perdón, de ciudadanos libres que los apoyan! ¿De qué sirve? De nada sirven candidatos que se sientan en mesas de pueblo a comer arroz y mole y les dan maravillosos discursos plagados de esperanza, fe, progreso. Un sueño que cuando han estado en el poder no logran aterrizar por las razones que ellos quieran.

Comiencen por algo sencillo: no desvíen recursos federales, estatales o municipales de los diferentes poderes para llenar auditorios de emocionados porristas pagados y trasladados en camiones rentados; comiencen por dejar de hacer comentarios en redes sociales plagados de racismo y clasismo.

Comiencen por dejar de mentir, señores y señoras suspirantes.

Comiencen por trabajar y no sólo subir en redes sociales bellas postales donde toman de la mano a una señora campesina de nuestras dolidas Sierra Norte o Negra, cuando todos sabemos que es eso, una “foto pa’l feis”.

¡A trabajar por Puebla, señores! ¡Debe ser su única ocupación, con o sin hueso!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *