La estrategia para obtener los Pinos se ha puesto en marcha y existen tres fuerzas políticas que podrían conseguirlo: el PRI, PAN y Morena. Las coaliciones y decisiones serán fundamentales
Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
Algo está claro, en 2018 será una lucha entre tres: PRI, PAN y Morena. Son las únicas fuerzas políticas con posibilidades de alzarse con el triunfo el próximo año; en tanto, el PRD es el partido bisagra que va a inclinar la balanza hacia uno u otro lado, algo que ya se había adelantado en este mismo espacio.
¿Quién ganará en 2018?
Es una pregunta muy interesante. Si los números se mantienen como hasta el momento, se podría decir que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que encabeza el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, es el gran favorito.
Tiene la ventaja de no enfrentar divisiones internas, pues es un partido monolítico, a la vieja usanza, en donde prevalece únicamente la voluntad de su líder, sobre el cual giran todas las cosas y todas las decisiones.
Morena tiene la ventaja, aunque no ganó la elección en el Estado de México, sí logró cerrar las cosas y competir de tú a tú contra la poderosa estructura federal, la cual tuvo que hacer uso de todos sus recursos para poder ganar unos comicios que eran de vida o muerte para el presidente Peña.
Morena incrementó su votación y puede presumir que en tan sólo dos años se convirtió en la segunda fuerza política en varias entidades del país, aunque retrocedió en las elecciones de Veracruz, donde perdieron más de 400 mil votos.
La gran debilidad de Morena es qué López Obrador no cuenta con la suficiente estructura para poder cubrir todas las urnas, defecto que fue aprovechado en el pasado proceso electoral en el Edomex; además, su movimiento no crece entre los ciudadanos y en las entidades del norte del país, donde siguen siendo la tercera fuerza.
La soberbia es otro de los pecados capitales que arrastra El Peje, quien el domingo cerró cualquier posibilidad de formar una alianza con PRD para futuras eleccioens, lo cual hubiera garantizado ganar Los Pinos el próximo año; en el pecado tal vez lleve la penitencia.
Acción Nacional vive un momento de crisis, después de las derrotas en Coahuila y en el Estado de México, donde quedaron en completo ridículo gracias a la tozudez de su dirigente nacional, el queretano Ricardo Anaya.
El PAN tiene amplias posibilidades de ganar en 2018, si sale librado de su proceso interno, en el cual Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya harán una gran negociación para que todos salgan ganando, de lo contrario le harán el trabajo, sin querer, a López Obrador.
La derrota de Anaya en Coahuila, la cual busca arrebatar, sumada al desastre ocurrido en el Estado de México, donde el PAN pasó a ser la cuarta fuerza política, pone contra las cuerdas al dirigente nacional del albiazul quien, si es inteligente, deberá de abrir la elección para elegir al candidato del PAN para todos los panistas.
En este escenario, por increíble que parezca, hacen que crezcan las oportunidades del ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, quien fue uno de los grandes ganadores en la pasada jornada electoral.
Los astros se alineraron para el poblano, no debe de bajar la guardia, si sale electo es el único que puede hacer alianza con los grupos del PRD y otras fuerzas políticas. Ojo, Ricardo Anaya y Margarita Zavala no están pintados, las cosas se van a poner interesantes.
Para el PRI no todo está perdido, aunque tiene que ocurrir un verdadero milagro para que conserven Los Pinos en 2018.
La victoria en el Estado de México, pírrica, pero a final de cuentas un triunfo, le da una bocanada de aire fresco al presidente Peña para poder jugar de manera inteligente su sucesión y que a su vez no le sea arrebatada de las manos.
La próxima asamblea nacional del tricolor, a celebrarse en el mes de agosto, será clave; el PRI busca eliminar no sólo los candados impuestos luego de la derrota en los comicios del 2000 sino también impulsar al interior de sus estatutos la creación de los gobiernos de coalición, donde pretenden recuperar las simpatías perdidas y atraer a sus aliados.
El PRI iría más allá de las alianzas y busca conformar para 2018 un verdadero gobierno de coalición, donde sólo la designación de los secretarios de la Defensa Nacional y Marina quede en manos del Presidente de la República y el resto del gabinete sea designado por el Congreso, una innovación que le puede dar buenos resultados al tricolor.
La designación del candidato a la presidencia de la República será vital para saber qué posibilidades tiene el tricolor para mantener Los Pinos.
Se dice que el presidente Peña pugna por una figura más ciudadana, un hombre poco conocido, pero a la vez con “poca cola”.
Descartado el actual secretario de Hacienda, José Antonio Meade, quien ha manifestado su deseo de ser el nuevo gobernador del Banco de México, se dice que ahora el secretario de Salud, José Narro, sería el candidato para gobernador en la Ciudad de México, lo cual le abre la posibilidad a personajes como el secretario de Turismo, Miguel de la Madrid, o la secretaria General del PRI, Claudia Ruiz Massieu Salinas, aunque la línea dura busca que Osorio Chong o Eruviel Ávila también compitan.
El PRI necesita salir bien librado de su proceso interno, fortalecer sus alianzas con el Panal, PES y el Verde Ecologista, evitar la alianza PAN-PRD, aislar a Morena y presentar a un candidato independiente que le pueda quitar entre siete o hasta nueve puntos a López Obrador y así repetir en Los Pinos, algo que parecería imposible.
Estas son algunas de las claves rumbo a 2018 para las tres principales fuerzas políticas.
