Limpia en Seguridad Pública
Con la salida de Alejandro Santizo Méndez de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal concluye una de las historias más negras en el ámbito policiaco en la entidad. El ahora ex funcionario fue impuesto por Facundo Rosas Rosas, ex secretario de Seguridad Pública estatal, personaje de ingrata memoria, con fuertes sospechas de su vínculo con los huachicoleros y el único mando policiaco que puede presumir ser actor en dos recomendaciones de violaciones graves a las garantías individuales en el país por parte de la CNDH. A la sombra de Santizo, quien fue colocado en la capital bajo el pretexto de que era necesario tener gente de confianza de Rosas para operar correctamente, se tejió una red de colaboradores –desde las direcciones hasta la academia de policía– que plagaron de anomalías a la dependencia. Desmontar ese aparato no será tarea sencilla para Manuel Alonso García, quien pese a conocer los entramados de la dependencia de la cual fue subdirector de Seguridad Pública y secretario, tendrá que lidiar con los compromisos, corrupción e inoperancia de los fieles de Santizo. A estas alturas, podemos ver que ya no se sabe qué es peor: La corrupta Hermandad, ligada al marinismo, o la red de Santizo que lo hizo mantenerse vivo pese a que debajo de las piedras de la institución se encuentran los cadáveres que dejó a su paso. ¿Será?
Morena y el silencio
A los combativos y siempre rijosos militantes de Morena en Puebla parece que les comió la lengua el ratón. Los resultados del Estado de México los mantienen mudos. Por su cabeza nunca pasó la idea de una derrota y caer ante la vieja maquinaria priista del grupo Atlacomulco, ésto debió representar un auténtico golpe a su ego. En la entidad poblana y muchos estados del país, los pejistas caminaban como pavorreales porque creían que AMLO y su partido eran invencibles. Ya se demostró que no y la única respuesta que les queda es el silencio incómodo de la derrota. ¿Será?
Lastiri y el giro de estrategia
La decisión del subsecretario federal Juan Carlos Lastiri Quirós de incluir a nueve priistas en la lista de aspirantes a la gubernatura no tiene otra intención más que la simulación y fortalecer su propuesta de que ante la atomización que vive el partido es necesario que el candidato sea electo por una consulta a la base. El mensaje que envió parecería de unidad y búsqueda de consensos, pero en realidad sólo está utilizando a sus compañeros partidarios, algunos de ellos están realmente resentidos con el funcionario por los golpes políticos que les ha propinado. ¿Será?
