Marín hace maletas

Hay que reconocer los reflejos que aún tiene Mario Marín. Consciente del ascenso del partido liderado por Andrés Manuel López Obrador, el ex gobernador ha empezado a afiliar a sus operadores en Morena. Ahí ya tiene sembrados a Alejandro Armenta Mier y José Juan Espinosa Torres, quien lo defendió en el Congreso durante el escándalo por el caso Lydia Cacho. Hace unas semanas, Alberto Jiménez Merino tenía un pie dentro del partido. La estrategia de Marín es simple: no abandonar por completo al PRI –por aquello de evitar que lo llamen traidor–, pero empezar a mover las valijas. Nos cuentan que no se descarta una desbandada tricolor liderada por Armenta. ¿Será?

 

La derrota de José Juan

Dos palabras: malicia efectiva. Así es como se derrumbará el juicio civil que, por órdenes del alcalde José Juan Espinosa Torres, inició el secretario general del Ayuntamiento de San Pedro Cholula, Ignacio Molina Huerta. Ambos deberán probar que hubo malicia efectiva en un reportaje en el que se le menciona ¡una sola vez! Al parecer, ni Molina Huerta ni Espinosa Torres han leído con detenimiento el pronunciamiento de Artículo 19. Según la organización, la malicia efectiva es “negligencia inexcusable en la publicación” o “intención de dañar al funcionario”. Lástima, José Juan.

 

El logro de Banck

Al fin ocurrió: el Corredor Comercial Temporal en el Centro Histórico que, tantos dolores de cabeza le dio al alcalde Luis Banck, por fin está en marcha. Los comerciantes establecidos no podrían estar más contentos, pues esperan un repunte de ventas de hasta 15%. El orden en el ambulantaje ha sido, de manera histórica, un problema para cada administración municipal. Todos lo intentaron, todos fracasaron. Banck ha logrado, en ese sentido, una estrella. La cuestión será hasta cuándo. Es decir, si los líderes ambulantes respetarán los acuerdos logrados con el Ayuntamiento. ¿Será?

 

El oportunismo del robo

Nadie quiere llegar a su automóvil y ver un espejo o una llanta menos. Nadie quiere que cinco tipos se suban a un autobús para robar carteras y celulares. Y nadie quiere, tampoco, que los partidos saquen provecho de eso: del miedo. Y, sin embargo, ahí están. Roxana Luna ha iniciado una campaña en contra de la delincuencia. Nadie se lo reprocha. Lo indigno es que, a la par, anuncie también sus aspiraciones en 2018. Y antes de ella fue El Yunque, donde también empezó el golpeteo con fines electorales. Nadie quiere la delincuencia y, mucho menos, a sus oportunistas.

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