Por: Osvaldo Valencia / @Osva_Valencia 
Foto: Archivo EsImagen

Apenas dieron las 00:00 horas del sábado 8 de julio y Dulce, una joven de 18 años que apenas egresó del Conalep, ingresó internet para conocer si había alcanzado uno de los más de 27 mil lugares que ofertó la BUAP en el proceso de Admisión 2017.

Desde lunes aguardaba por la publicación de los resultados del examen de admisión para saber si había sido aceptada en la carrera en administración turística.

Fue en los primeros minutos del sábado cuando entró a la página de la BUAP, ingresó su matrícula 201758973 y encontró su puntaje en rojo. Había sido rechazada de la máxima casa de estudios de Puebla con un puntaje de 525 puntos.

“Eso era su futuro, su sueño. Ya le dijimos que se calme y que para el otro año lo vuelva a intentar. Esperemos se le pase”, cuenta María tras verla a la mañana siguiente, con su rostro desencajado y triste.

Como ella, miles de aspirantes a la BUAP no lograron acceder a una de las más de 100 opciones de licenciatura escolarizada y semiescolarizada.

La situación de Dulce no supera la de Román, un chico de 17 años que vino de Oaxaca para ingresar a la preparatoria Benito Juárez, y que por segunda vez había sido rechazado.

Todavía recuerda la primera ocasión, apenas habían dado los primeros minutos del 21 de mayo del año pasado. La incertidumbre se apoderaba de él, no lograba encontrar su matrícula.

“Al principio no me encontraba, así que le pedí ayuda a mi mamá, hasta que ella me dijo ‘encontré tu número, y no quedaste’, y obvio lo primero que sentí fue decepción”, narra Román sobre su primer intento.

A él solo le queda el consuelo de que su puntaje fue alto, 850 puntos, aunque no alcanzó uno de los 700 lugares que ofrece la preparatoria.

Este año su preparación fue el doble, según cuenta. Continuó estudiando en una escuela incorporada a la BUAP, no fue a fiestas conforme se acercaba el examen y estudió más de lo normal para los exámenes de este año.

Pero para su sorpresa el resultado fue el mismo. “Esta vez quedé en shock, pensé que lo había hecho mejor, está vez fue más decepcionante”.

Este sábado fue a la primera asamblea del Frente Estudiantil Educación para Todos, decaído por segunda ocasión, junto a una veintena de jóvenes que también fue rechazado de la institución.

Ahora Román ya no intentará entrar a una preparatoria BUAP, su objetivo esta fijado en la carrera más demandada de la máxima casa de estudios poblana.

“Para el próximo año lo intentaré, esta vez tiene que ser la buena, no me imagino lo que voy a hacer si no quedo, imagínate”, dice, un poco desilusionado, con el peso de dos caídas en su espalda.

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