El futuro de José Juan Espinosa
¿Qué pasará con José Juan Espinosa Torres? Esa fue la principal pregunta que muchos se hicieron luego que se diera a conocer que no se encuentra entre los auténticos operadores de AMLO en Puebla. Algunos le han dado los santos óleos políticos, otros dicen que es una estrategia –ajá– para tenerlo como el caballo negro de la contienda. En el Ayuntamiento cholulteca lo real es que a los colaboradores del edil últimamente se les ha visto cabizbajos y con una actitud protectora, como aquella vez que Rodolfo Huerta abrazó a JJ con una actitud casi maternal cuando era golpeado por un grupo de priistas en Ecatepec. ¿Será?
Lo irracional del priismo
Corría el sexenio de Mario Marín Torres. Los priistas recibieron la instrucción sin chistar: endeudar a la entidad pese a que en Puebla llegaron recursos económicos como nunca gracias a la bonanza petrolera que hubo por los precios internacionales del crudo. Del dinero poco se supo a dónde fue a parar. Clásico del marinismo. Hoy, el alcalde Luis Banck Serrato optó por contraer obligaciones para atender a 100 colonias y hacer frente, sin precedentes, a la delincuencia. Los priistas ya dijeron que no apoyarán. ¿Será?
El ridículo de las fotomultas
¡Cuidado! Si escucha que las fotomultas son inconstitucionales alguien pretende verle la cara. La fotoinfracción sigue tan vigente y robusta que nadie ha podido frenarla. La última vacilada de cierto abogadillo de barandilla fue que, según su sesuda reflexión, no debe existir obligado solidario para la aplicación de tales infracciones. El asunto generó una amplia confusión, pero la ley terminó por imponerse. Los amparos van a puntos en específico, algunos deberán corregirse y otros siguen firmes, pero de que no hay inconstitucionalidad en la norma es totalmente real. No se deje sorprender. ¿Será?
Todos contra todos
En el PRI se lleva a cabo una auténtica rebatiña por los cargos de elección popular que están en juego en 2018. En los pasillos del edificio de la Diagonal Defensores de la República comenzó a correr la especie de versión de que el cargo a gobernador no es la verdadera razón de la pugna, sino los plurinominales y la primera fórmula al Senado. Juan Carlos Lastiri, el funcionario adicto a hacer campaña con el presupuesto público y financiador de pasquines de poca monta, pretende forzar a que esas posiciones sean para él y sus seguidores. Lo que no sabe es que ya están casi definidos. ¿Será?
