La guerra en Morena

Abraham Quiroz ha develado la guerra que se lidia en Morena en un momento fundamental. Esta semana es definitoria porque el Consejo Estatal elegirá el próximo domingo al posible aspirante a Casa Puebla en 2018. En ese contexto, el ex candidato al gobierno del estado reveló que Manuel Bartlett –uno de los hombres más cercanos a Andrés Manuel López Obrador– no lo apoyó en la pasada campaña electoral porque prefería ver a su sobrino, el diputado federal Rodrigo Abdala, como el abanderado. Lo que revela la declaración es que en el Movimiento Regeneración Nacional no hay pluralidad; se trata, más bien, de un partido donde sus tribus conviven a fuerza. Quiroz, por ejemplo, aglutina a los académicos de la BUAP y a ese sector de la fortaleza de AMLO que se resiste a aplaudir la llegada de los reconvertidos: los Bartlett, los Armenta, los Barbosa… y los que se sumen. El riesgo es latente: que la militancia real, las bases, participen en 2018 a brazos caídos, justo como lo hicieron Abdala y Bartlett en 2016. Nos cuentan que incluso hay algunos consejeros que propondrán candados para evitar que los advenedizos sean aspirantes. Pero el dedo de López Obrador quizá pese más. ¿Será?

 

La incongruencia de Armenta

Hasta hace unos meses, el ex priista Alejandro Armenta Mier se daba baños de pureza y recriminaba que no había transparencia en el uso de recursos públicos por parte del gobierno local; pero fue más allá, aseguraba que el PRI avalaba la opacidad. Ahora el legislador hasta acepta invitaciones del líder tianguista Manuel Valencia, a quien lo acusan de utilizar las cuotas de los comerciantes para invertir en complejos turísticos, la pregunta obligada es ¿Le pedirá transparentar a dónde van las cuotas de los comerciantes? Quizás no, pues ambos ya presumen ser de Morena, y ahí, todo ser perdona. ¿Será?

 

Los 800 mdp alcanzan para…

La declaración del líder del Congreso local, Jorge Aguilar Chedraui, sobre el uso de los recursos adicionales que pidió Luis Banck para el municipio fue muy acertada, pues aclaró que los 800 millones de pesos no sólo son para combatir la inseguridad, sino también para disminuir el rezago que hay en otras partes de la ciudad. Le explico: A la compra de dispositivos electrónicos y patrullas se suma la pavimentación de calles, obras de alcantarillado y suministro de agua a las comunidades más lejanas. No se trata sólo atender una necesidad, sino varias que permitirán avanzar a la capital. ¿Será?

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